Capítulo 24

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Abrí los ojos y los volví a cerrar rápidamente, ya que un terrible dolor me apretó las sienes. Esta vez abrí los ojos más lentamente y me di cuenta de que estaba en una cama ¿una cama? Esta es mi cama. Y mi habitación. ¿Cómo diablos llegué hasta aquí? Fui a la cocina como pude, ya que tenía una resaca horrible.
-¿Sammy? -dije al no verlo.
-¡En el salón! -fui hasta él- ¿Qué tal la fiesta? -sonrió.
-Sólo recuerdo encontrarme con Crowley..
-¿No recuerdas nada más?
-Que.. fuimos a un estúpido bar karaoke y nos.. tomamos un par de copas..
-¿Y no recuerdas cómo llegaste?
-Borracho supongo, porque tengo una resaca increíble.
-Sí. Y te trajo Crowley.. en TÚ coche -sonrió.
-¿¡Qué!? -grité y me dio un terrible punzón en las sienes- ¿Ese gilipollas tocó a mi bebé?
-Estabas jodidamente borracho, Dean.. y me dijo que pegaste al de seguridad cuando intentó bajarte del escenario..
No me lo podía creer, comenzaba a venirme algunos recuerdos borrosos de mi bebiendo, y también cantando con Crowley.
-Dios, necesito.. necesito una.. -estaba diciendo cuando mi hermano me pasó el bote de aspirinas y una taza de café- Sí, gracias.

 -estaba diciendo cuando mi hermano me pasó el bote de aspirinas y una taza de café- Sí, gracias

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-Termínate el café y ve a ducharte, que apestas a.. a todo -me dijo pero yo seguía con la cabeza apoyada en la mesa. Creo que ya no soy tan joven como pensaba, realmente me encuentro horrible.
-¿Qué vamos a comer?
-¿Comer? Dentro de nada cenamos -sonrió.
-Disfrutas viéndome así ¿verdad?
-Te ves horrible, Dean -rió.
-Tú también, y eso que no has bebido.

No sé cuánto duré en la ducha, pero al salir ya me sentía mejor, aunque también se debe a todo lo que vomité.

-Tengo un hambre que no veas -dije llegando al salón, que ya olía a pizza.
-¿Qué tal estás?
-Aún tengo un poco de resaca, pero estoy mejor.
-¿Y cuándo pretendías contarme que tú y Crowley sois tan amiguitos? -dijo sonriente.

-¿Y cuándo pretendías contarme que tú y Crowley sois tan amiguitos? -dijo sonriente

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-Oh, cállate -le dije.
-Ahora en serio, Dean, ¿cómo estás? -lo miré confundido.
-Ya te dije que bien.
-Me refiero a lo de Cas -ya estaba tardando..
-Estoy bien.
-¿Bien de verdad o tu definición de bien?
-Que estoy bien -subí el volumen de la tv para no escucharlo.
-Eso no va a hacer que deje de preguntar, Dean.
-Por intentarlo.. -dije y subí más el volumen.
-Dios -se quejó mi hermano quitándome el mando y bajando el volumen.
-Encontré un caso en Iowa y estoy casi seguro de que son hombres lobo.
-Genial. ¿Cuándo vamos?
-Por la mañana.
-¿Y si matan a alguien más esta noche? -lo miré serio.
-Lo dudo, todas las muertes han sido sobre las 3pm.
-¿Cómo sabes eso? -le pregunté masticando.
-He pirateado la red de datos de la comisaría de Iowa.
-Bien, pues a matar lobitos.
-Oye, ¿y cómo es que dejaste que Crowley cogiera tu coche?
-Y yo qué sé, estaba muy borracho. Ni siquiera recuerdo la mitad de las cosas.
-Sé que te negarás, Dean, pero creo que deberías hablar con Cas..
-¿Para qué? ¿Para que me siga diciendo que somos familia?
-No, precisamente..porque son familia.. -me miró preocupado y yo simplemente dejé la pizza en el plato- Habías dicho que estabas de acuerdo con él, lo dijiste tú mismo, así que..¿por qué no vuelve a ser todo como antes?
Apagué la tv y me levanté en dirección a las habitaciones.
-¿A dónde vas?
-A dormir, mañana hay que madrugar y aún me duele la cabeza -Sam me miró atónito.
-¿Y qué hay sobre lo que te acabo de decir?
-¿Qué quieres que te diga, Sam? -dije cansado, dolido. Me miró también con dolor y asintió.
-Que descanses.
-Tú también -le dije y fui directo a la cama.

Pensé que de nuevo esta noche no dormiría, que de nuevo necesitaría estar borracho para callar a mi cabeza, pero me equivocaba, a diferencia de otros días  caí rendido al cabo de unos minutos. Quizás haya sido por el alcohol que aún seguía en mi sangre, porque estaba realmente cansado o porque por fin mi cerebro se dió cuenta de que es mejor dormir y pasar de todo que darle mil vueltas al mismo tema.

Al levantarme, ya Sammy había hecho café, por lo que le ayudé a preparar las cosas necesarias para la caza,  mientra me daba algunos detalles.
-Bueno, ¿y cómo amaneciste hoy? -preguntó mientras íbamos al coche.
-¿Te refieres a Cas?
-Sí.
-Ya te dije que estoy bien, Sam.
-Dean..

-¡Tio, estoy bien! Estoy bien, ¿Vale? ¡Y juro que voy a patear a la próxima persona que me pregunte si estoy bien!-¡Vale, vale! ¡Está bien! Vayamos a cazar y ya

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-¡Tio, estoy bien! Estoy bien, ¿Vale? ¡Y juro que voy a patear a la próxima persona que me pregunte si estoy bien!
-¡Vale, vale! ¡Está bien! Vayamos a cazar y ya.
-Bien.
-Bien -y subimos ambos al coche.

Llegamos a Iowa con pocos intercambios de palabras y con la música alta.
Una de las víctimas no tenía ningún familiar con el que pudiéramos hablar, por lo que decidimos hacerlo con su vecina.
-Buenas -dijo mi hermano cuando una mujer le abrió- disculpe las molestias, yo soy Dylan y él es mi compañero Jack. Somos periodistas de la revista Succes.
-Sí, díganme.
-Vamos a escribir sobre lo ocurrido últimamente por aquí y le agradeceríamos muchísimo si pudiera hablarnos sobre su vecino.
-Claro, pasad -dijo amablemente- disculpad toda la ropa, es que estoy preparando unas maletas.
-¿Es que se va de viaje? -preguntó Sammy.
-Uhmm, sí, más o menos.. Me voy con mi hija a Minesota.
-Vaya, es un ​sitio muy bonito -dije- pero hubiera preferido California.
-No son vacaciones precisamente.. Mi hija está muy enferma y los médicos ya no pueden hacer nada. Yo nunca he creído en esas cosas, pero ya no me queda más opciones.. -dijo apenada, pero sin parar de doblar la ropa.
-¿Qué cosas? -preguntó mi hermano.
-No lo sabéis, ¿verdad?
-¿Saber el qué,  señora? -le pregunté.
-En Minesota hay un hombre que hace milagros, lo llaman el ángel del señor.

-En Minesota hay un hombre que hace milagros, lo llaman el ángel del señor

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