Capítulo 37

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Soñé que estaba atrapado en una habitación de espejos, en el cual sólo podía ver a Cas, el viejo Cas con su gabardina; en cada espejo me pedía ayuda, en algunos apenas se escuchaba un hilo de voz moribundo, en otros se le veía aterrorizado y lleno de sangre; yo intentaba llegar hasta él, romper los cristales y liberarlo, pero no podía, era totalmente imposible, a cada rasguño el maldito cristal volvía a estar como nuevo y Cas gritaba cada vez más. De repente todo queda en silencio y me veo rodeado por cientos de él, observándome, mirándome con todo el reproche del mundo.

-Es tu culpa. Todo esto lo has causado tú. Si no hubieras sido tan cobarde jamás me hubiera marchado. Tú me has matado, Dean. Esto es culpa tuya.

Desperté jadeando, estaba completamente empapado en sudor, me dolían las manos de haberlas apretado tanto.

-Ha sido sólo un maldito sueño.. -me dije a mi mismo, pasándome una mano por la cara.

De repente, me llega un extraño olor dulzón que me levanta de la cama.

-¿Qué diablos..? -dije siguiendo ese aroma hasta la cocina- ¿Qué es todo esto?

-¡Buenos días! -me recibe un alegre Cas, o Misha.. y el sueño me viene a la cabeza como una lanza- ¿Tienes hambre? He hecho tortitas.

-No, gracias, sólo quiero café.

-Están buenas, deberías probarlas -me miró Sam, insistiendo.

-Tú no cocinas -le dije sin mirarlo- O por lo menos Cas no sabía hacerlo.

-Bueno.. no sé cómo era antes -dijo Cas- Pero solía hacerlo los fines de semana con Jonan.

Yo lo miré levantando una ceja.

-Cocinar -dijo rápidamente- Que solía cocinar, no..bueno.. a ver, que también nos acostábamos, creo, pero que..

-No quiero saberlo -dije dándole la espalda. No quería que me dijera que se acostaba con otro, y menos en ese momento.

-¿Qué tal dormiste? -preguntó mi hermano, intentando cambiar de tema.

-Genial -mentí.

-Ya veo -dijo Sam, mirándome con el ceño fruncido.

-Oye -miré a Cas- ¿A qué viene todo este disparate? 

-¿Qué? -me miró sorprendido.

-Dean, no...

-Estamos intentando recuperar un maldito libro que se supone que es el más codiciado, mientras intentamos que nadie sepa de todo esto, ¿y a ti se te ocurre ponerte a hacer tortitas, como si esto fuera una maldita familia feliz?

Sam me miró inquisidor y supe que me había pasado un poco, miré a Cas esperando una respuesta fuerte y enfadado, pero sólo soltó la espátula, se quitó el delantal y sin mirarme ni un sólo segundo salió de la cocina.

-Bravo hermano -dijo Sam y también se fue, dejándome sólo en esta maldita cocina que huele a estúpidas tortitas.

Me acerqué a la mesa, me serví algo de café y saqué la sartén dell fuego. Realmente olía bien, por lo que probé un trozo.

-Maldita sea -dije y me dirigí hacia la habitación del ángel- ¿Cas? -pregunté golpeando suavemente su puerta- Misha...

-Pasa.

Entré y lo vi sentado en la cama, mirando un libro viejo, ni siquiera levantó la vista cuando entré.

-Lo siento, sé que me he pasado un poco.. -ninguna reacción- Bueno, tal vez no haya sido sólo un poco.. -seguía sin levantar la vista del maldito libro- Mira, lo siento ¿vale? esto está siendo muy duro para mi -me miró, levantando una ceja.

-¿Duro para ti? ¿En serio? -frunció el ceño- ¿Y para mí qué, Dean? Porque soy yo el que está pasando por esto. ¿Cómo reaccionarías tú si de repente aparecen dos tios, matan a tu novio, te secuestran y te dicen que tú no eres tú realmente, sino que eres un ángel al que le han borrado la memoria? -ahora el que no quería mirarlo era yo.

-Lo siento.. -fue lo único que pude decir.

-Deja de decir eso, porque si lo sintieras realmente, no te comportarías como un capullo -lo miré- Y si me da la gana hacer tortitas lo haré -dijo y volvió a fijar la mirada en el libro.

Lo miré unos segundos, y como no parecía querer decir nada más, me dirigí de nuevo hacia la puerta.

-Saben bien.. -dije antes de cerrar la puerta- Imbécil, soy un maldito imbécil...


-Oye -dijo Sam nada más verme.

-Ahórrate la charla, ya fui a pedirle perdón -dije pasando por su lado.

-No era eso.. pero me parece bien -me siguió- Lo que iba a decirte es que tenemos un caso. Es algo sencillo, pero servirá para despejarnos un poco.

-¿Despejarnos? ¿En serio te parece buen momento?

-Dean, esto no avanza, no encontramos absolutamente nada por ahora y no podemos hacer más de lo que estamos haciendo, pero tampoco podemos quedarnos aquí encerrados sin ayudar a otras personas.

-Tienes razón -dije y mi hermano pareció completamente sorprendido.

-¿Quieres decir que te parece bien seguir cazando?

-Sí, bueno, es la verdad, ¿no? -me senté- Ya lo dijo Crowley, por más que busquemos no encontraremos nada si siguen teniendo el libro, y lo único que hemos podido averiguar es que tiene razón.

-Sólo digo que tenemos que despejarnos un poco, especialmente tú.

-Sí, vale, pero no pienso dejar solo a Cas, así que ve tú y yo me quedo con él.

-No, Dean, el que necesita salir un poco eres tú, yo estoy mucho mejor, así que coge las armas y ve a cazar a ese maldito fantasma.

-No, Sam, de verdad -lo miré algo cansado- Sólo quiero quedarme aquí, dormir un poco más y ya mañana..pues volver a la carga, pero hoy sólo quiero quedarme aquí todo el día, en pijama -Sam me miraba poco convencido- De verdad hermano, lo necesito. Estaré bien.

-También puedo llamar a otro cazador -dijo sacando el móvil- No hay problema en eso, será algo rápido.

-No, no, no -dije bajándole el móvil- Tú también necesitas algo de aire, además, es algo rápido ¿no? En un par de horas estarás aquí.

-Sí, es algo fácil, pero está a un par de horas y no creo que esté de vuelta hasta por la mañana..

-Tranqui tio, estaremos bien -me miró preocupado- Deja de comportarte como si yo fuera el pequeño y saca tu culo de aquí de una vez -soltó una pequeña sonrisa.

-Está bien -dijo al fin.




DestielWhere stories live. Discover now