Capítulo 39

887 91 10
                                    


Es verdad lo que le dije a Sam, necesito relajarme y seguir ahogándome en alcohol ya no es tan eficaz como antes, por lo que una buena ducha vendrá bien.

Tenía los ojos cerrados y sentía un doloroso placer con el agua caliente cayéndome en todo el cuerpo, me ardía  pero así lo disfrutaba, me froté la cara varias veces con algo de dolor, intentando no recordar cuando Cas y yo lo hicimos en la ducha, pero no podía, mi mente me traía recuerdos cada vez más explícitos, mi cuerpo se tensaba como si lo estuviera viviendo otra vez; empecé a sentir un ardor más fuerte en la zona más baja, un ardor que no correspondía al agua, me estaba empalmando sólo recordando cómo penetraba a Cas aquella noche, cómo nuestra piel se pegaban y se hacían uno, sus manos tocando cada parte de mi cuerpo, su boca buscando incansable a la mía, volví a sentir sus uñas clavándose en mis brazos, oí sus gritos de placer, sus jadeos y los míos acompasados, la manera en que pronunciaba mi nombre pidiéndome más hasta que se corría, agotado, excitado, ansioso por continuar.. entonces me corrí yo también, aquí, ahora.

Me estaba masturbando sin darme cuenta, recordando cada parte de él. Sí es verdad que la ducha me relajó, pero no de la forma en que esperaba, porque no pensaba masturbarme, y menos aún teniendo a Cas viviendo aquí, sin recordar quién es en realidad.

  -Te ves bien en bata -dijo sonriente cuando me vio entrar. 

No quería encontrármelo después de haber hecho eso pensando él, pero tampoco podía evitarlo eternamente

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

No quería encontrármelo después de haber hecho eso pensando él, pero tampoco podía evitarlo eternamente. Pasé de su comentario y me senté alejado de él, para seguir leyendo otro maldito libro en busca de algo que nos ayude.

>Una larga ducha, eh -levanté lentamente la mirada hacia él, completamente serio.

Me sonrió intentando apaciguar las aguas, pero volví la vista al libro, intentando difícilmente concentrarme

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Me sonrió intentando apaciguar las aguas, pero volví la vista al libro, intentando difícilmente concentrarme.

Me sonrió intentando apaciguar las aguas, pero volví la vista al libro, intentando difícilmente concentrarme

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

No puedo, por más que lo intento no logro pasar del primer párrafo. Sí me he tocado varias veces pensando en él, pero eso era antes de tenerlo en casa de nuevo; ahora apenas puedo sacar de mi mente lo que sucedió en el baño y tenerlo delante mía no ayuda en nada.

-¿Por qué comes tanto? -pregunté intentando cambiar de tema y cortar el ambiente tan extraño que había, o por lo menos de mi parte.

-No lo sé, me gusta cómo sabe la comida -lo miré extrañado, pero sólo asentí- ¿Quieres hablar?

-¿Hablar? -ahora sí que me sorprendió. ¿De qué demonios quiere hablar? ¿De que me corrí pensando en él?

-Sí, no sé.. Conocernos un poco o.. hablar de todo este asunto del libro y eso.

-Sam ya te ha explicado todo lo relacionado con el libro, sabes exactamente lo mismo que nosotros. Es decir, nada.

-Entonces háblame de ti -lo miré enarcando una ceja- Y de Cas, de cómo era yo antes, por qué no estoy con los demás ángeles, cómo acabé aquí en la Tierra..

-Eso es muy largo de contar.

-Pues cuéntame cómo acabé con ese demonio. ¿Por qué me secuestraron? Y ¿Ustedes estaban conmigo o ni siquiera sabían lo que había pasado? ¿Ocurrió algo en especial, para que todo esto pasara? -Sentí cómo se me tensó todo el cuerpo. 

No podía contarle que habíamos discutido y que por eso él se marchó, ya que entonces tendría que contarle todo lo nuestro, que yo había sido un imbécil, que luego me dejó para "protegerme", que yo lo dejé marchar como un idiota... Tendría que contarle toda la verdad, y me daba miedo que lo supiera.

-Te secuestraron porque eres un gran ángel, uno de los mejores... Nosotros no lo sabíamos, no estábamos siempre juntos, tú tenías muchas responsabilidades en el cielo y nosotros estábamos de caza. Es todo.

No separó su mirada de la mía en ningún solo momento, ni yo de él. Parecía que me miraba el alma, pero no podía cortar la mirada, o sabría que estaba mintiendo.

-¿Pasó algo con Cas? Es decir.. conmigo.. ¿Antes de marcharme?

-Nada importante.

-¿De verdad? -no quería mentirle, pero si al final no conseguimos recuperar su memoria será Misha para siempre, y no quiero cometer los mismos errores con él. Ya lo perdí una vez, y no pienso volver a hacerlo.

-De verdad -contesté y él asintió, aunque algo dudoso.

Bajé la mirada hacia el libro nuevamente, parece ser que por fin había acabado la dichosa conversación.

-¿Quieres un trago? -dijo de repente.

-¿Quieres un trago? -dijo de repente

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


-Creo que.. -es una idea horrible. Si me emborracho puedo hacer cualquier estupidez, puedo contarle toda la verdad, puedo besarle, puedo decirle que le quiero..- Sí, muy buena idea.

A la mierda. Necesito beber.


DestielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora