Capítulo 25

1.3K 130 3
                                    

-¿Cómo que ángel del señor? -pregunté.
-¿De verdad no habéis oído hablar de él?
-No -contestó mi hermano.
-Y eso que sois periodistas.. -sugirió la mujer en bajito.
-¿Nos puede decir algo sobre él? -Sam.
-Sobre cómo es, qué hace precisamente...
-Sólo sé que hace milagros y que es un hombre.. y que no cobra, así que supongo que mucha gente irá a verle. Lo siento chicos, pero tengo mucha prisa.
-No se preocupe -contestó mi hermano- espero que su hija se recupere.
-Sí y gracias por su ayuda -dije mientras nos dirigíamos a la puerta.
-Muchas gracias, y suerte con el artículo.

-¿Cómo que un hombre haciendo milagros? -dije subiendo al coche.
-¿Crees que puede ser Cas?
-No lo sé, pero encontremos a los hombres lobos y vayamos a averiguar quién es ese ángel del señor.
-Y por qué está haciendo estos milagros.. Si fuera un ángel de verdad dudo mucho que se lo permitieran allí arriba.
-Y si no es un ángel, dudo que sea algo bueno..

-¿Estás seguro de que es él? -pregunté entrando al edificio.
-Estoy casi seguro.
-¿Casi?
-A ver, si no es él, algo tiene que saber. Todas las pruebas nos han traído hasta aquí.
-No tenemos tiempo que perder Sam. Hay que ir a Minesota cuanto antes.
-Lo sé, Dean, yo también estoy preocupado... En el caso de que fuera Cas, tendrá sus razones y estará bien.

Iba a contestar, pero al ver la puerta del piso abierto nos alertamos, por lo que sacamos las pistolas y nos metimos cuidadosamente.
-¿Hola? -dijo mi hermano.
-Somos del FBI ¿hay alguien?
-¡Marcháos! -escuchamos decir con una voz más grave de lo normal.
-Estoy seguro de que es él -me dijo mi hermano en bajo.

Nos acercamos lentamente a la habitación de donde provenían unos gruñidos y algo chocando fuertemente, al asomarnos vimos a un chico de unos veintipocos con una mano esposada al calefactor.
-¡Os dije que os fuerais! -gritó con las garras y los colmillos fuera.
-Ey, ey. Calma chico -dije sin dejar de apuntarlo.
-Podemos ayudarte si quieres -dijo mi hermano- Pero debes calmarte.
-Os mataré si no se van ya.
-No podemos hacer eso -dije mientras nos acercábamos despacio a él.

De repente da un fuerte estirón con la muñeca, rompiendo el viejo calefactor y quedando completamente libre. Se abalanza rápidamente sobre nosotros, pero conseguimos apartarlo.
Realmente no queremos matarlo, ya que parece no llevar mucho tiempo como lobo, ni parece querer hacer daño a más gente, pero ahora mismo está fuera de si.
-¡No! -se escucha un grito agudo y siento cómo alguien me hace un gran rasguño en el brazo -¡Dejadlo!
-¡Dean! -gritó Sam al verme, momento que aprovechó el chico para abalanzarce sobre él.
-¡Lucas, no! -gritó la chica y yo cogí rápidamente la pistola, disparando en el pecho -¡¡NO!! -corrió hasta él y tomó su cabeza, dejando caer todas las lágrimas- No, Lucas, por favor, por favor...
Tenía pensado dispararle a ella también, pero me detuve al ver su reacción tan dolida y sin propósito aparente de atacar.
-Sam, ¿estás bien? -dije ayudándole a levantar.
-Sí, ¿y tú?
-También -miramos a la vez a la chica- ¿Quién eres?
-Lucas.. -sollozoba la chica- Lo habéis matado..
-Lo sentimos -se disculpó mi hermano y yo fruncí el ceño.
-Nos atacó, y además ha matado a gente. Ahora dime por qué no debo matarte a ti también.
-No, matadme a mi también.. -dijo y por fin nos miró, con la cara llena de lágrimas- Por favor, yo.. yo no, no.. -sollozaba.
-Ey, tranquila.. -se acercó un poco mi hermano.
-Sam -le dije para que no se acercara demasiado.
-¿Por qué quieres que te matemos? -le preguntó, con algo de preocupación.
-Han asesinado a toda mi manada, no tenía a nadie más, sólo a él y.. y ahora.. -comenzó a llorar de nuevo.
Sam me miró, esperando que dijera algo.
-Mataron a personas ¿no? Por eso los cazadores fueron a por ustedes -dije.
-¡No! ¡Nunca matamos a nadie!
-¿Y él qué? -lo señalé.
-Lo convertí el mes pasado, él no quería hace daño a nadie por eso se encerraba, pero era muy fuerte y le costaba mucho comtrolarse..
-¿Estábais saliendo? -preguntó mi hermano.
-Sí..Llevábamos 4 años juntos y hace 8 meses mataron a mi manada, yo escapé sin que me vieran y fue cuando le conté la verdad a Lucas.
-¿Y por qué lo transformaste? -pregunté.
-Los lobos debemos estar en manada, es nuestra naturaleza. Yo estaba deprimida y él no soportaba verme así -acarició su pelo y aguantó el echarse a llorar de nuevo- Llevaba un tiempo pidiéndome que lo transformara,  para estar juntos los dos, yo no quería, no quería esta vida para él, pero finalmente cedí y.. y ahora está..
-Lo siento -dijo Sam.
-¿Desde cuándo eres mujer lobo?
-Nueve o diez años, no lo sé.
-¿Y nunca mataste a nadie? -pregunté dudoso.
-No, mi manada era buena, me enseñaron a controlarme,  pero yo no pude enseñarle a él -agachó la cabeza sobre Lucas y volvió a llorar.
-No podemos matarte, no has hecho daño a nadie -Sam.
-Por favor, no quiero seguir viviendo así. No puedo. De verdad.. -suplicó.
Sam y yo nos miramos, sin saber qué hacer.
-Tenemos un amigo -dijo Sam, mirándome y luego a ella- Puedes ir con ellos, son como tú, nunca han hecho daño a nadie.
-No, estoy cansada de esta vida. Ha muerto toda la gente que quería y no tengo a nadie más. Os lo suplico -decía mientras le caían varias lágrimas porlas mejillas.
-¿Cómo te llamas? -le pregunté.
-Joanne.
-Bien, Joanne Te daré el número de mi amigo e irás con ellos, ¿vale? Yo lo llamaré para hablarle del asunto.
-Soy Sam, por cierto, y éste es Dean -le hice un gesto a modo de saludo mientras llamaba a Garth- Te irá bien con ellos, en serio, te aceptarán inmediatamente.
-Está bien -asintió la chica, pero no parecía muy convencida.
-Bien, ya hablé con Garth y dicen que no hay problema, están encantados.
-Y.. ¿a dónde tengo que ir?
-A Wisconsin, pero nosotros te llevamos ya que tenemos que ir a Minesota.
-Sí, así vemos a Garth -sugirió mi hermano.
-Te recuerdo que tenemos algo muy importante que hacer, Sam.
-¿Te desvías un par de horas y te preocupas por unos minutos?
-Cino minutos máximo. Ni uno más.
-Está bien.. -sonrió.
-¿Qué?
-Nada -achicó los hombros inocente.
-No me desvío por ver a Garth, lo hago por la chica.
-Ya, claro -dijo aún con su estúpida sonrisa- Venga, vamos.
-¿Y qué pasa con él? -preguntó Joanne- ¿Lo dejaremos aquí, pudriéndose solo?
-No -le dije- tú prepara tus cosas que ya nos ocupamos nosotros.

DestielWhere stories live. Discover now