Capítulo 51

714 62 20
                                    

-Dean -se asomó Misha en la puerta de mi habitación- Una tal Eli pregunta por ti.

Lo miré extrañado y me acerqué a coger el móvil.

-¿Diga? ¿Quién? oh sí -miré a Misha y estaba apoyado en el marco, mirándome- Claro, nos vemos ahí.

-¿Pasó algo?

-Eso creo. Me dijo que que necesitaba un favor y que nos viéramos en una cafetería a dos horas de aquí.

-Genial, deja que me cambie y nos vamos.

-¿Qué? No. Tú no vienes.

-¿Qué?

-No puedes salir, Misha, es peligroso.

-¿Y cómo pretendes conducir dos horas hasta allí? Tienes dos costillas rotas.

Lo miré analizando la situación. Puedo conducir, pero no creo que llegue a tiempo y lo más probable es que me haga daño y paso de estar más tiempo así.

-Si no voy yo -siguió- No pienso dejarte ir solo -se cruzó de brazos y me miró serio.

Lo decía de verdad y la actitud de chico malo que quería adoptar sólo lo hacía ver más tierno.

-Está bien -acepté y vi el asombro en su cara- Pero tenemos que irnos ya.

Estábamos llegando a la cafetería donde habíamos quedado, y pude ver el coche de Eli a lo lejos, a medida que nos acercamos para aparcar me di cuenta de que llevaba algo en brazos.

-Oh no... -susurré.

-¿Es tuyo? -preguntó Misha aparcando el coche.

-¿Qué? ¡No! -lo miré alucinado- Espera aquí -le dije y bajé del coche.

Nada más verme, Eli bajó de su coche y se acercó a mi con una sonrisa y un bebé.

-¡Dean! -me abrazó con un solo brazo y yo le correspondí.

-Hey -miré al bebé- Felicidades.

-Gracias -sonrió, mirándolo- ¿Quieres cogerlo?

-Oh, no, no.. -estaba diciendo pero ya me lo estaba poniendo en brazos- Bueno.. Oye, ¿va todo bien? ¿Cuál es el problema?

-Sí, estamos bien... -miró al bebé y luego me miró a mí, y pude notar algo de miedo en sus ojos.

-¡Hola! -escuché a Misha a mi lado- Soy Mishael -le tendió una mano y Eli la aceptó sonriente.

-Encantada, soy Eli.

-¿Y este pequeño? -miró al bebé que tenía en brazos- ¿Puedo?

-¡Claro! -contestó sonriente.

Misha lo cogió con ternura y le tocó suavemente en la nariz, haciendo que el bebé sonría.

-Oh, no suele hacerlo mucho -dijo emocionada.

-Me gustan los niños -sonrió el ángel. Me tomé un minuto para contemplarlos y él se veía hermoso- Tiene tus ojos, Dean -soltó de repente y a mí me sacó del trance.

Eli soltó una carcajada y yo no sabía qué decir.

-Sí, es verdad -me miró- Pero si fuera suyo ya tendría casi 10 años -me guiñó un ojo y yo sonreí, recordando.

-Bueno, ¿y qué era eso tan importante? -cambié de tema.

-Tengo que resolver un asunto que lleva demasiado tiempo pendiente, y si no lo hago ya, eso podría arremeter contra mi hijo.

-No hay problema -hablé- Iremos contigo.

-No, Dean, tengo que hacerlo sola.

-¿Entonces qué es lo que necesitas?

DestielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora