Capítulo 21: Perdidas

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Ya era la hora de comer y Mina y Nayeon todavía no habían aparecido por la cabaña.
-¿Cuando piensan volver? - se quejó Momo tumbada en el sofá.
La japonesa se moría de hambre y no tenía energía ni para siquiera estar sentada, como una persona normal haría.
-¿Las habrá pasado algo? - pensó Dahyun en voz alta.
-No te pongas en lo peor - la riñó Jeongyeon.
-Deberían haber vuelto ya - comentó Chaeyoung.
- ¿Y si algún animal peligroso se las ha comido o las han secuestrado? - Sana se asustó.
Jeongyeon se acercó a Sana y la dio un pequeño golpe en la frente.
-Deja de exagerar.
-Sana unnie siempre ha tenido demasiada imaginación - intervino la maknae.
Momo soltó un alarido que puso los pelos de punta al resto de Twice. Parecía un animal herido.
-¿Y si las llamamos? - propuso Chaeyoung. - Tal vez sólo se hayan olvidado de la hora.
- Buena idea Chae - la halagó Dahyun.
Antes de que cualquiera de ellas tuvieran tiempo de coger su móvil, Momo ya las estaba llamando. Concretamente al número de Mina.
- No lo cogen - se lamentó.
- Prueba con Nayeon - la animó la líder.
Momo marcó el número de la mayor pero nadie contestó.
-¡¿Por qué no responden?! - Momo estaba frustrada y comenzó a preocuparse.
El resto de Twice se miraron entre ellas bastante inquietas.
Se suponía que estaban en una zona segura ¿Qué podría haberles pasado a sus amigas?
- Llamemos al mánager - dijo rápidamente Jihyo.
A ninguna le hacía gracia tener que acudir a los adultos, pues seguro que cuando encontrasen a Mina y Nayeon, acabarían con sus mini vacaciones.
-¿Y si vamos a buscarlas nosotras?
- Yo prefiero seguir el plan de Tzuyu - habló Jeongyeon.
Sana y Momo también estuvieron de acuerdo con la maknae y la segunda más mayor.
Jihyo y Chaeyoung preferían pedir ayuda. Estuvieron un rato discutiendo sobre cual era la mejor opción. Al final las coreanas tuvieron que ceder ante sus compañeras.

-¿Cómo lo hacemos? - preguntó Sana.
-Nos separamos por parejas y vamos a buscarlas y una se queda aquí a esperarlas por si vuelven - dijo Jeongyeon.
- Que se quede aquí Tzuyu.
La china miró mal a su novia. ¿Por qué debía quedarse ella en la casa? Quería ir a buscar a sus amigas. Se iba a volver loca esperando sola en la cabaña.
-¡¿Por qué?! - protestó Tzuyu haciendo un puchero.
-Eres la pequeña, tenemos que protegerte - contestó Jihyo son firmeza.
La china envió cuchillos con la mirada a la contraria.
Antes de que pudiera quejarse de nuevo, fue interrumpida por la más mayor del lugar.
- Yo voy con Momo, Dahyun y Chaeyoung juntas y por último Sana con Jihyo.
- Estoy de acuerdo - dio su consentimiento la líder.
Todas asistieron aceptando la organización, menos Tzuyu.

-¿No deberíamos haber vuelto ya? - se preocupó Nayeon.
La menor se paró de repente y observó las plantas que la rodeaban. Tenía la sensación de que ya había estado allí antes.
- Creo que nos hemos perdido.
- ¡Pero si sólo nos hemos dado la vuelta para volver por dónde habiamos ido!
- Creo que antes no nos hemos fijado y hemos cogido un camino que no es el correcto.
- Definitivamente nos hemos perdido ¡Y si no nos encuentran! - gritó asustada Nayeon.
La japonesa negó con la cabeza, Nayeon era una exagerada.
- Sólo tenemos que mirar el Maps para saber volver.
Mina sacó su móvil pero descubrió que no tenía batería.
-¡Mierda! - se lamentó Mina.
-¿Qué ocurre?
- No tengo batería en el móvil, utiliza el tuyo.
-No lo he traído.
Se quedaron mirándose un par de segundos asimilando la situación en la que estaban. Nayeon se llevó las manos a la cabeza y se asustó.
En cambio, Mina supo mantener la calma. Se acercó a la coreana y posó sus manos sobre los hombros de ésta y la miró directamente a los ojos.
Nayeon seguía asustada, pero ahora lo que la daba miedo era Mina.
-¿Me vas a matar? - la preguntó.
La menor asintió.
- Cómo no te calles lo haré.
Nayeon tragó saliva con fuerza. Ahora tenía miedo de Mina.
-¿Y que hacemos ahora? - se atrevió a preguntar la coreana.
-Esperar a que nos encuentren- respondió Mina con tono cansado.
Se acercó a uno de los árboles del camino y se sentó junto a él, apoyando su espalda en el tronco.
Nayeon se acercó a ella y la pidió permiso para sentarse junto a ella. Mina se lo dio.

Jihyo y Sana gritaban los nombres de sus compañeras, mas no había respuesta. Cuanto más tiempo pasaba más estaba convencida la menor de que tendrían que haber llamado a la mánanger.
- No te preocupes Jihyo - dijo Sana rodeando sus hombros con el brazo.
- Mi responsabilidad es cuidarlas, y no lo he hecho bien- se lamentó.
-No digas eso- la regañó seriamente Sana - eres la mejor líder que hubiéramos podido tener.
Jihyo negó, no le convencían las palabras de la japonesa, sabía que se lo decía porque le daba pena.
-Hazme caso, loa mayores siempre tenemos razón - protestó Sana.
La líder se rió.
- Esa es la excusa que utiliza siempre Nayeon.

La mayor estornudó y Mina se asustó.
-Lo siento - se disculpó.
-No lo sientas, no tenía que haberme asustado por esa bobada.
De repente, oyeron un gruñido procedente del bosque. Nayeon agarró las manos de Mina y comenzó a temblar.
-¿Quién anda ahí? - preguntó la japonesa.
-¿Para que hablas? ¿Ahora sabe que hay alguien aquí? - la regañó Nayeon.
Mina no había caído en ese detalle antes cuando abrió la boca.
Se escuchó un ladrido y a continuación apareció un perro grande y negro de la espesura. Se acercó lentamente a ellas y comenzó a gruñirlas y a enseñarlas los dientes de forma amenazante.
- Deberíamos correr - sugirió Nayeon.
La menor asintió con la cabeza, se levantó rápidamente y comenzó a correr. Arrastró consigo a Nayein, quien pegó un grito por la sorpresa.

Sana y Jihyo escucharon el grito de Nayeon y se miraron asustadas.
-¡Vamos! ¡No hay tiempo que perder!
Sana estuvo de acuerdo con ella, las dos comenzaron a correr en la dirección en la que habían oído el grito.

Mina y Nayeon estaban en lo alto de un árbol mientras el perro les ladraba e intentaba escalar el tronco.
Apenas estaban subidas en la primera rama y no se atrevían a escalar más alto, por si se caían.
Las dos estaban sentadas muy juntas y con las manos entrelazadas.
Nayeon estaba llorando y a Mina le faltaba poco para ello.
¿Cómo iban a salvarse de esa? No podían llamar a nadie para que les ayudara.
El perro escaló un poco el tronco y se quedó a varios centímetros de la rama donde ellas estaban.
-Mina, si no salimos de esta quiero que sepas que te amo - confesó la mayor.
Mina se quedó sin palabras y sólo pudo contemplar a Nayeon, quien la miraba con una mezcla de determinación y miedo. Tragó saliva, era ahora o nunca. No le salían las palabras así que prefirió responderla con un gesto.
Mina acercó su cara a la de la contraria y pegó sus labios.
Una ola de emociones sacudió sus cuerpos en ese mismo instante.

Deeply In Love ||Minayeon Y Jitzu||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora