Capitulo 10 "El jutsu secreto de Haku: los espejos cristal de hielo."

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La madre de Inari miro alarmada hacía atras, como la puerta de su casa era cortada con rápidos cortes provenientes de una katana.

   Dos hombres desconocidos para ella estaban en el lugar, dando un aura espeluznante y escalofriante a la mujer. Al parecer los dos eran ninjas, pues llevaban espadas y sabían luchar perfectamente.

   Uno de ellos tenía su cabello albino algo largo y con gorro en su cabeza, mientras que unas marcas moradas decoraban el contorno de sus dos ojos.

   El otro tenía unas grandes cicatrices en su cara, un parche en el ojo y su cabello castaño amarrado. Su torso estaba descubierto, dejando ver sus musculos y tatuajes que tenía en brazos y también pecho.

—Entonces tú eres la hija de Tazuna...— habló uno de los hombres, acercándose más a la mujer asustada.— lo siento, pero tienes que venir con nosotros.

   Inari estaba lavando sus manos en el baño de la casa, distraido y sin enterarse de nada. Pero un fuerte estruendo y grito de su madre hizo que se alarmara por el bienestar de su mamá.

  Pudieron escucharse platos rotos y muebles caer desde toda la casa, aquellos ninjas estaban haciendo un alboroto solo para llevarse de rehén a la hija de Tazuna.

—¡Mamá!— gritó Inari llegando al lugar.

  Pudo ver como la mujer de cabello oscuro estaba en el piso, cubriendo su cabeza con las manos asustada mientras los dos ninjas reían malévolos frente a ella.

—¡No vengas! ¡Corre!— le advirtió con pánico la mujer.

—¿Qué es lo que quieres, niño?— preguntó fastidiado el ninja robusto, teniendo una voz gruesa que asustaba a cualquiera.— ¿Debemos llevárnoslo también?

—Solo necesitamos un rehén.— descartó la idea su compañero, mirando la maliciosa sonrisa que mantenía el otro.

¿Rehén?— pensó Inari con miedo, escondiendo la mitad de su cuerpo detrás de la pared.

—Entonces...— sonrío el hombre, dándose la vuelta para mirar a Inari.— lo mataré.

  El niño sollozo asustado mirando como el hombre sacaba poco a poco su espada, mientras brillaba levemente por el filo que esta llevaba. La sonrisa de aquel ninja era terrible, algo terrorífico de pensar.

—¡Espera!— le detuvo la mujer, con una voz firme y nerviosa. El ninja se detuvo en su acción para luego mirar con seriedad a la de cabellos oscuros que seguía en el piso media lastimada.— si le haces algo a él, ¡morderé mi propia lengua y moriré!

  Fue una advertencia algo fuerte para Inari, sintió como su respiración se cortaba levemente al escuchar esas palabras de su madre.

—Necesitas un rehén, ¿verdad?— amenazó a los ninjas.

  El albino fubo divertido, mirando como su compañero guardaba nuevamente su espada al escuchar las palabras de esa mujer, teniendo mayormente la razón.

—Agradéceselo a tu madre, pequeño.— hablo el ninja con burla.

  Inari simplemente miraba la escena llorando sin saber que hacer y rendido por estar cerca de esos dos temibles ninjas, calló de rodillas cerca de la pared.

—No estoy satisfecho.— fubo el de tatuajes.

—Déjalo. Ya has destrozado esos animales, antes de que viniéramos.—

  Cogieron a la madre de Inari, sin delicadeza y levantando su cuerpo de mala gana. Pusieron sus manos detrás de su espalda, dejando unas apretadas amarras en sus muñecas para que no pudiera mover sus manos mientras camine.

Uzumaki Hanako ~ El destello rojo en una flor. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora