Prólogo.

10.3K 705 244
                                    

Corría con dificultad, sintiendo como mi cuerpo cada vez se hacía más pesado, miré mi brazo, el cual sangraba por una creciente herida que recientemente un Uchiha me hizo. Podía sentir el chakra de tres hombres acercándose con mucha velocidad, estaba perdido.

No, perdido no, muerto.

Con resignación me tiré en el suelo, tomando uno de los Kunai que tenia entre mi armadura, alejando mi mano de la herida apunté con este mi yugular, no valía la pena entregarme, ellos me torturarian hasta morir para sacarme información.

Mi mano temblaba ante la cercanía del kunai con mi cuello, pero no debía ceder, no debía entregarme, si iba a morir esperaba que fuese con honor, esperaba que mi padre me recordara como aquellos héroes de los que tanto alardea en su tumba.

―Hazlo, Tobirama...― Murmuré aún con el temblor de mis manos.

Tres Uchihas se encontraban finalmente parados frente a mi, observándome con esos ojos color sangre que los definía.

―Rueganos por tu vida.― Habló uno de ellos con una sonrisa burlona.

―N-No...― Murmuré con dolor.

La punta del kunai rozó mi cuello, cerré los ojos esperando mi muerte.

El grito de uno me sorprendio, fue una aguja senbon impactando en uno de los Uchiha que se encontraba frente a mi, sorprendido observé mis manos, no había sido yo.

―¡¿Qué es eso Kudo-san?!― Exclamó uno de los ninjas.

De la nada otras dos senbon salieron disparados en dirección a los Uchiha restantes. Con el ceño fruncido miré sobre mi hombro la oscuridad que se asomaban entre los árboles, de ella en un salto salió una chica de cabellos castaños y ojos verdes, brillantes, con una sonrisa completamente arrogante.

Cayó frente a mi, dándome la espalda dejándome ver esa larga melena marrón que se movía con el viento, cuerpo delgado, vestida con una armadura completamente ligera, junto a una vara con un final metálico, sin alguna banda en su frente, era una kunoichi, ¿Sin clan?

Aquella desconocida se acercó a los cuerpos inertes de los Uchiha, con una de sus piernas movió el cuerpo de uno, aparentemente buscando señales de vida.

―Muerto.― Dijo al comprobar que el primero se encontraba sin vida.

Se próximo a los siguientes dos, pateando el cuerpo del central con fuerza que parecia odio, este en un movimiento rápido se levantó con un kunai en mano, intentando apuñalar a la castaña desconocida.

―¡Cuidado!― Exclamé con preocupación al ver su distracción.

En un movimiento, con aquel instrumento atravesó el corazón del Uchiha central, matando este al instante.

―Cucarachas, tengo que aplastarlos dos veces para que mueran.― Así de la misma manera, atravesó a los dos Uchiha restantes, asegurando su muerte.

Me encontraba mudo, no sabía quien era ella, pero me había salvado de una muerte dolorosa y eso debía agradecerlo.

―¿Cual es tu nombre?― Preguntó la misma chica apuntandome con aquella lanza la cual goteaba sangre.

―Tobirama.― Respondí intentando dar la mínima información.

―Tobirama ¿Qué?― Cada vez su lanza se encontraba más cerca de mi cuello.

Tragé saliva, no tenía muchas opciones, ella no era una mujer que yo conociera, no tenía clan aparente y me acababa de salvar la vida matando a los Uchiha que me seguían, aunque eso tampoco me decia si ella no planeaba matarme.

―Senju.― dije finalmente, después de todo, si estaba muerto no cambiaba nada que ella supiese mi apellido.

―Mhm... Senju...― En un suspiro bajo su arma, observándome con cansancio. ―Hay que suturar esa herida.

Regresando a la realidad observé mi brazo nuevamente, sorprendido por la sangre que estaba perdiendo, cubrí esta con mi mano nuevamente.

La castaña desconocida se deshizo de su armadura, para así romper parte de su ropa. Con cantimplora en mano se sentó junto a mi.

―Quítate la armadura.― Exigió con un rostro serio.

―¿Qué...?― Pregunté confundido.

―¡Que te la quites!― Exclamó sin mirarme.

Sin muchas opciones desate los cordones que unían la armadura, dejando que esta cayera en el suelo. La desconocida simplemente tomó mi brazo, regando toda el agua sobre mi brazo herido. Conteniendo el dolor apreté la tela de mis pantalones.

―No te hagas el fuerte, niño, llora.

Negué, evitando que las lagrimas por el dolor salieran, frente a una mujer un hombre no debe llorar, lo recuerdo bien padre.

Ahora la desconocida kunoichi con la misma tela que arrancó de su ropa, empezó a hacer presión en mi brazo, evitando que la sangre siguiese saliendo.

―¿N-No dijiste que la suturarias?― Pregunté con dificultad.

Sin responder simplemente colocó su mano sobre mi brazo, de este, chakra salia en una fluidez perfecta, logrando aminorar mi dolor, sentía como mi brazo se relajaba conforme ella continuaba.

―¿Edad?― Preguntó después de un rato.

―10...― Respondí con cierta frustración, me culpaba por haber sido salvado por una mujer, más fuerte que yo y en este caso, ser curado por ella.

―Aun eres un niño...― Susurró con el ceño fruncido.

Analicé a la chica de ojos verdes, ella tampoco parecía muy grande, quizás me llevase unos años pero al igual que yo, aun era una niña, una muy extraña, pero de ojos sumamente cautivadores.

―¿Te sigue doliendo?

Sacudí mi cabeza sacando todo tipo de pensamientos, observé mi brazo, este aun esta cubierto por esa tela, sangre seca lo rodeaba pero eso era lo de menos, ya no dolía. Negué, mientras observaba como se levantaba de su lugar. Con su mirada pegada al cielo, nuevamente colocó sus brillantes ojos sobre mi.

―No hay nadie a los alrededores, deberías irte ya. 

Con dificultad me levanté del suelo, si bien no estaba seguro de sus palabras, no tenía más opción que creerle, si encontraba algun Uchiha de camino estaba muerto, pero ya no tenia nada que perder.

―Tu no me viste.

Ella simplemente se dio la vuelta, con su lanza en mano dispuesta a irse por donde llegó.

―¡E-Espera!― Llamé, deteniendo su paso.

―¿Qué?― Su fría mirada conecto con la mía, dejándome una extraña sensación.

―¿Cuál es tu nombre?― Pregunté tenso, su mirada se sentía pesada sobre mi.

Su mirada golpeó el suelo, parecía pensar, pero yo le di mi nombre, era justo.

―Llámame Kae.― Respondió, para después irse en un salto, sin dejar rastro alguno de su existencia, Cómo si de un espíritu se tratase.

Ahora me encontraba un poco confundido, una chica castaña de ojos enormes y verdes me salvó la vida, sin clan, sin propósito, sólo lo hizo.

―Kae...

--------------------------------------------------------

¡Espero les guste esta historia!

Espero se entienda, el fic será narrado con un Tobirama de 10 años, ya luego vendrá la segunda etapa dentro de la adolescencia y finalmente la adultez, prometo que no será demasiado tiempo su niñez xd


Gracias por leer y votar!

-Nova.

El Ave Roja |Senju Tobirama|Where stories live. Discover now