CAPÍTULO 4. "Los tratos no deben romperse"

9.5K 838 29
                                    

17 de agosto del 2015.


Abrí la puerta del restaurante, cuando el olor a cafeína invadió mis fosas nasales fruncí la nariz e hice una mueca, no me gustaba el café. En la mesa del fondo visualicé la cabellera roja de Bethany, me acerqué y me dejé caer frente a ella.

—No muerdas tus uñas, las arruinarás.

—Lo siento.

—¿Nerviosa? —Sonreí con picardía y ella volteó los ojos.

Se mueve a un lado y la curiosidad despierta en mí cuando desliza una servilleta en mi dirección, parece nerviosa, la molesto preguntándole si es una carta en donde me confiesa su amor para siempre y se sonroja.

«Sé que no quieres una relación»

Leo nuevamente las palabras escritas en cursiva, levanto una ceja y ella se sonroja aún más, se ve tierna. Vaya impresión tiene de mí, tomo una servilleta y escribo para después deslizarla nuevamente, la toma y sus ojos se abren antes de asentir nuevamente, aclaro mi garganta.

—Me gustaría empezar algo más... no sé cómo decirlo sin que se escuche mal.

—Amigos con derechos. —Se adelanta, cortando la oración que estaba trabada en mi boca, sonrío.

—Podría ser un buen inicio. Nunca he tenido algo más allá de un buen polvo, podríamos probar con eso y esperar a que las cosas se den solas.

Hace una mueca, mierda.

—Está bien... pero quiero reglas.

—Oh —Rasco mi barbilla de manera nerviosa, esto es tan raro.

—Asientes o niegas, y puedes hacer sugerencias ¿Bien? —Se ve tan sexy dando órdenes, asiento—. Ser exclusivos —Asiento nuevamente, no me gusta la idea a alguien más en ella, incluso creo que mi ceño se frunce, ella ríe—. Nada de celos, no me gustan las personas posesivas y tú lo sabes Sawyer.

—Lo sé, tranquila. Me gustaría sugerir que nadie lo sepa, ya sabes —Me encojo de hombros tratando de restarle importancia—, para evitar ser el centro de atención.

—Bien... —Se sonroja fuertemente y me gustaría saber que pasa por esa cabecita suya—, podemos tener... ya sabes... eso... —Suelto una gran carcajada haciendo que su sonrojo aumente drásticamente—, no seas idiota. Sabes a lo que me refiero.

—También lo sé, Beth ¿Otra petición? —Niega—, bien.

—Tengo que irme.

—Y yo que pensé que pasaríamos un buen rato —Alzo mis cejas, ríe—, tú y yo... desnudos... haciéndote decir palabras incoherentes.

Río cuando se acerca rápidamente tapando mi boca.

—¡Cállate! Nos pueden escuchar.

Retira las manos de mi boca y toma su bolsa depositando un beso en mi mejilla para luego limpiar el resto de labial rosa en ella, rueda los ojos.

—Tengo que ir a casa antes de que mamá y papá se maten.

—¿Siguen las peleas?

—No te imaginas cuánto.

Se despide, pero tomo su mano haciendo que gire nuevamente, beso su mano.

—Prométeme que no llorarás en las noches.

—No prometo nada. —Sonríe con tristeza.

La miro fijamente y me levanto, ella frunce las cejas sin comprender lo que hago.

Más que Sexo©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora