CAPÍTULO 9. "No es suficiente"

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18 de septiembre del 2015.

Bethany.

Decir que me encontraba nerviosa fue poco, quería morder mis uñas, y el sudor corriendo por mi frente arruinaba mi maquillaje, tomo el móvil para verificar la hora, son las 7 pm, perfecto.

Aliso mi vestido, levemente ajustado desde el busto hasta las caderas color rojo, mi maquillaje básico y simple, llevo el colgante que Sawyer me regaló cuando cumplí 16 años. Sonrío, él no sabe lo feliz que me hace al intentarlo conmigo, hace unos meses bobeaba cuando lo veía, me ponía celosa cuando me contaba que salía con otras chicas, sin embargo, siempre lo apoyé.

Bajo las escaleras hasta la estancia justo en donde se encuentran mis padres que parecen mantener una discusión en voz baja, volteo los ojos con cansancio, ellos lo notan. Ambos me observan, sé que se viene algo en lo que no estaré de cuerdo.

—Nos llegaron unos correos bastantes interesantes Bethany —Observo a Papá—, unos correos que casualmente provienen de la beca que solicitaste en Londres.

Abro la boca fingiendo sorpresa.

—Y de la cual no estábamos enterados. —Termina Mamá, ellos no están para nada felices.

—Es una estupidez —Dejo el vaso de agua que pensaba beberme en la mesa—, ni siquiera pasará, solo te aceptan a menos que seas un niño de papi o seas una magnífica escritora —Reí, restándole importancia—, fue solo un juego.

—Eso esperamos, no podemos pagar una universidad tan cara —Se acerca y toma mi rostro—, yo no gano lo mismo que el padre de Sawyer, lo sabes bebé —Besa mi frente en disculpa.

Si tan solo supiera que de verdad lo entiendo, mi padre es solo obrero en la planta, lo que hace que gane muy poco y de eso se derivan las peleas con mamá, el padre de Sawyer es un abogado respetable que se las vivió duras para llegar a donde está ahora. Recuerdo que mi padre me prohibía juntarme con Saw porque pensaba que era un niño pijo bañado en dinero, hasta que lo conoció y cambió de opinión. Le doy una sonrisa que oculta toda la tristeza que siento al no poder estudiar en donde deseo.

—Lo entiendo Papá —Se forma un silencio incómodo— ¿Puedes llevarme al restaurante del centro? Saw celebrará que ya se habla con su padre, por favor. —Mentí.

—Claro, pero procura llegar temprano.

Asiento y me monto en el auto, no llevamos ni cinco cuadras cuando mi móvil suena, frunzo las cejas y contesto.

—Hola Alex, ¿Qué pasó?

¿Bethany? Gracias a dios, te necesito. No sé lo que pasó y sabes que no conozco a muchas personas, mis padres no contestan y estoy en el hospital.

—De acuerdo, ¿Estás bien?

No, no lo sé. Me duele todo. Dicen que fui arrollado y aquí está la policía llenándome de preguntas que no sé contestar, estoy asustado y no tengo a quien más llamar, ven por favor.

—Claro, claro. Voy para allá.

Cuelgo de inmediato y miro a mi padre que me observa alarmado, si no estuviéramos en esta situación diría que es incluso un poco graciosa su reacción.

>> Olvida el restaurante, vamos al hospital.

(=)

¡Maldición!

Marco otra vez el celular de Sawyer, pero me manda al buzón de inmediato. Nunca me perdonará no haber asistido al restaurante, Sawyer era muy sensible a este tipo de situaciones en las que se esmeraba y luego todo se iba a la mierda en un segundo.

No es mi culpa, bueno sí, pero ciertamente no falté porque sólo se me dio la gana. Alex estaba en el hospital y no me quedó otra opción que ir a verlo, había tenido un accidente de auto y no podía simplemente abandonarlo cuando a mí me gustaría que hicieran lo mismo por mí. Tuve que quedarme con él hasta que su familia llegó y el tiempo se me fue volando, tenía que disculparme con Sawyer lo antes posible antes de que formara historias en su mente y enloqueciera.

Conduje el auto que papá me dejó por cualquier otra emergencia, hasta su casa, ya eran las 4:45 am de la madrugada y la culpa me carcome por dentro, siento angustia y el nerviosismo se apodera de mí por cómo reaccionará, él solía tener un problema de agresividad que casi siempre controlaba, me estremecí al recordar aquella noche, negué para que ese recuerdo se dispersara. Cuando llegue estaciono el auto en el aparcamiento y camino hasta su puerta, saco la llave de emergencia debajo de la obvia maceta artificial ya que Sawyer nunca podría cuidar una planta real, y abro.

Mis ojos no estaban preparados para lo que estaba viendo, Sawyer besaba a una chica castaña como si no hubiera un mañana mientras mantenía sus manos en su culo. Ella despeinada su cabello y le devoraba la boca, ni siquiera había notado que estaba llorando hasta que las lágrimas bajaban por mis mejillas. Ellos parecían muy ocupados, y muy ebrios, tanto que no podían estar de pie y estables, no hablé, mi boca no articulaba ni una sola palabra, Sawyer me nota y esa sonrisa en sus labios me mata, él lo había planeado todo, porque sabría que me lastimaría profundamente.

Ambos se separaron y la castaña recogió sus cosas de manera renuente mientras se vestía, me observaba de mala gana y con el ceño fruncido se gira hacia él y planta un beso rápido en sus labios a lo que abro la boca sorprendida, él vuelve a sonreír, pero esta vez con arrogancia, estaba drogado.

Lo sabía, sabía que Sawyer me haría pagar por haberle fallado, me sentía inmensamente mal, me sentía destruida, lastimada y humillada, muy humillada.

Bajo la cabeza y dejo que las lágrimas corran por mi rostro, esto no era lo que quería.

Más que Sexo©Where stories live. Discover now