El Playboy tiene un Secreto, [SP#4]

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1. Del cómo descubrí su secreto

Es sorprendente cuántas preciosas horas, minutos y segundos desperdiciamos, sin hacer nada.

Estaba sentada en la cafetería, masticando cuidadosamente mi sándwich y escuchando en silencio a las dos chicas que charlaban en voz alta con entusiasmo sobre sus nuevos zapatos de colección. Aburrida como siempre por sus constantes conversaciones sobre moda, estaba fingiendo que me importaba como si fuera la cosa más fascinante que había escuchado en toda mi vida.

Enviaba unas cuantas sonrisas de vez en cuando, asegurándolas con pequeños movimientos de cabeza como si estuviera escuchando. Se convirtió en un hábito para mí escuchar sus conversaciones sobre moda. Había estado desperdiciando mi precioso tiempo todos los días, una y otra vez. No es que la gente tenga que hablar de cosas significativas e importantes siempre, pero en serio, ¿por cuánto tiempo podrían estar hablando sobre unos zapatos? ¿Acaso estaban hechos de diamantes?

- ¿Aria? – la voz de Iris me hizo cambiar mi atención del bocadillo a ella.

Me miraba con anticipación, esperando una respuesta que seguramente no tenía. ¿Me dejé llevar por mis pensamientos y perdí el hilo de la conversación?

- ¿Sí? – parpadeé un par de veces. Ella frunció el ceño, probablemente dándose cuenta de que no la estaba escuchando. Sonreí disculpándome. - ¿Dijiste algo?

- Te estaba preguntando si tenías planes el sábado – Iris hizo una mueca de forma linda, poniéndome la piel de gallina.

Ella me caía bien, de verdad que sí, pero toda esa cosa de ser una chica buena me estaba poniendo nerviosa. No entendía por qué las chicas tenían que actuar como niñas que aún estaban en el jardín de infantes sólo para capturar la atención de un chico. Definitivamente no entendía por qué ese tipo de acto hacía que los chicos merodearan alrededor de Iris como moscas. Era lo suficientemente adorable sin todos esos actos de niña buena. ¿Era realmente necesario hacerse pasar por una idiota linda sólo para conseguir un novio?

Porque si eso era así, entonces estaba brutalmente claro por qué no había conseguido uno todavía.

- No – volví a comer del sándwich. - ¿Por qué?

- Bueno... - una leve sonrisa apareció en su rostro, inmediatamente me arrepentí de preguntar eso. - ¡Entonces irás conmigo a una cita doble!

Oh.

Oh...

Eso explicaba por qué quería saber si estaba libre el sábado. Por lo general, no estaba dispuesta a pasar el día con otra persona que no fuera su novio, quien al parecer sólo estaba libre ese día debido a su trabajo y universidad. Sí, Iris estaba saliendo con un estudiante universitario, alguien cuatro años mayor que ella. Eso era impresionante, al menos para alguien tan inexperta como yo.

La verdad es que siempre me sentí curiosa por él y podría ser una gran oportunidad para conocerlo, pero bueno, ella me invitó a una cita doble, ¿no? Significaba ir con mi novio, que por desgracia, no existía. O al menos aún no lo había conocido. Quizá estaba perdido en algún lugar de Asia, o de Europa.

Como mi abuela había dicho: "debes esperar con paciencia y él finalmente te encontrará algún día."

- Oh, lo siento... - la miré con decepción. Era hora de jugar a la novia triste. – Mi novio está ocupado este fin de semana.

- ¡Oye! ¿No está siempre ocupado? – Charlotte me envió una mirada frustrada.

Después de un mes entero lleno de excusas, obviamente estaba sospechando. Bueno, la verdad es que no podía culparla. Mi guapo, elegante y educado, pero siempre ocupado novio era demasiado perfecto como para ser real. Y él era realmente ficticio pero prefería guardar ese hecho solamente para mí. Por ahora.