fourteen

52.2K 4.1K 1.4K
                                    

14. Del cómo me sentí humillada.

  ▬▬▬▬❀▬▬▬▬ 

A R I A 

Me temblaban las manos y no estaba segura de si era miedo o si estaba a punto de sufrir una crisis mental. Suspiré pesadamente, cerrando los ojos con resignación. Quién iba a saber que disculparse podría ser tan difícil. ¿Qué debería decir cuando lo viera? ¿Debía sonreír y actuar como si nada? Tal vez primero debería averiguar el cajón donde guardaba los cuchillos y otros objetos afilados, por si acaso...

Dios, tenía tanto miedo de incluso acercarme a su casa. Estaba segura de que no estaría contento de verme y tampoco quería enfrentarlo. Pero no podía volver a casa sin disculparme con él. Mi conciencia no me dejaba dormir tranquilamente y otra noche de insomnio no me atraía. Respiré unas cuantas veces como una maldita mujer embarazada y toqué el timbre.

¿Cómo reaccionaría al verme? La última vez no estuvo muy contento, y un saludo simple como "hola amigo, mucho tiempo sin verte" no parecía una buena idea. Mis manos comenzaron a temblar de nuevo y finalmente me di cuenta de que no quería enfrentarlo. Tenía tanto miedo de verlo y no sabía qué decirle, así que, sin pensarlo, comencé a darme la vuelta y caminar lejos de vuelta a casa.

Tan pronto como lo hice, la puerta se abrió.

- ¿Otra vez por aquí? – escuché la voz de Walter. - ¿No dejé claro la última vez que no quería verte por aquí?

Cerré los ojos con vergüenza y me di la vuelta, con la esperanza de que fuera una pesadilla y no lo vería después de abrir los ojos. Pero cuando lo hice, vi a Walter con los brazos cruzados, mirándome con las cejas levantadas. Estaba demasiado tranquilo y por alguna razón me dio la sensación de que ya esperaba mi visita.

- ¿Y? ¿Me explicarás lo que haces aquí?

Le lancé una mirada frustrada. No quería perder los estribos, pero a veces este tipo era tan molesto. Conté hasta diez en mi mente antes de volver a hablar.

- Vine a disculparme, así que no es necesario que seas tan grosero.

Walter parecía estar un poco sorprendido. Sólo un poco, porque pronto su sonrisa arrogante volvió, haciéndome hervir por dentro. Parecía que no iba a agradecerme por venir aquí y disculparme con él. Realmente estaba disfrutando el hecho de que fuera yo la primera en disculparse.

- Bueno, puedo perdonarte por haberme insultado ayer – se apoyó contra el marco de la puerta, mirándome cuidadosamente. – Pero entonces, ¿por qué te marchabas?

- Porque me di cuenta que venir hasta aquí fue un error.

Ladeó la cabeza hacia la derecha, ignorando lo que dije. – La verdad es que no te ves como alguien que lo siente.

- Pero lo siento de verdad.

- Está bien – sonrió. – Entonces, demuéstralo.

Me puse rígida de inmediato, llorando por dentro y culpándome a mí misma por venir aquí otra vez. Fue una mala idea teniendo en cuenta lo desalmado que podría ser Walter. Con problemas o no, seguía siendo el mismo chico molesto y frustrante que tanto odiaba. Sentí pena y quise alegrarle el día, pero su comportamiento no me lo estaba facilitando. Incluso si pudiera cambiar algún día, realmente no quería ser parte de su vida. No debería ni estar preocupada por él porque no se lo merecía.

- ¿Y? – noté una sonrisa burlona errando en sus labios. - ¿Has cambiado de opinión?

- No – me enderecé.

El Playboy tiene un Secreto, [SP#4]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora