Niños geniales

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Capítulo 15: Cool kids.

Si un mes antes le hubieran dicho que estaría teniendo sexo al aire libre con alguien a quien recientemente acababa de conocer, ella seguramente habría mirado al mensajero con una ceja arqueada y le habría preguntado si se había vuelto loco. Todo lo que le estaba pasando en tan poco tiempo habría sido completamente impensable para la Hermione de hacía unas cuantas semanas... pero ahí estaba ella, dejando que Draco deslizara las yemas de sus dedos por su figura desnuda mientras ella todavía temblaba levemente.

Ambos se quedaron en silencio unos segundos mientras trataban de recuperar el aliento. El chico alargó una mano sobre el banco y cogió sus braguitas. Estaban a punto de caerse por el borde, pero consiguió alcanzarlas justo a tiempo y tendérselas. Ella las tomó, se levantó de su regazo y se las puso rápidamente. Luego le dio la espalda mientras buscaba su sostén por el suelo. Cuando logró reunir toda su ropa se encontró mirando en todas direcciones mientras se vestía todo lo deprisa que podía. ¿Habría visto él aquel vídeo robado del que eran protagonistas? ¿Sería consciente de la repercusión que habían creado? No sabía cómo sacar el tema, ¿debía siquiera mencionarlo? No estaba segura.

Cuando terminó de abrocharse el botón del pantalón, Hermione se giró para mirarlo. Draco se había inclinado sobre su chupa para recogerla del suelo, pero tuvo que agacharse de nuevo cuando algo cayó de su bolsillo interior. Ambos se dedicaron una intensa mirada cuando tuvo entre sus dedos aquel dichoso papel amarillo. Draco sonrió de esa forma tan peculiar y sexy que hacía que el corazón de Hermione se parase de repente. Luego, como si no fuera consciente del efecto que tenía sobre ella con tan sólo mirarla, se acercó hasta donde estaba con toda la naturalidad del mundo, pero sin dejar de tener ese pequeño toque de chico malo que parecía que le salía de manera involuntaria. Él le tendió el papel y ella lo tomó con tanto ímpetu que casi se lo arranca de las manos. Draco arqueó una divertida ceja y la vio guardárselo en el bolsillo de su pantalón a toda prisa.

—Tienes que explicarme eso de que has perdido la oportunidad de graduarte —comentó despreocupadamente mientras sacaba un único cigarro de uno de los bolsillos de su chupa y se lo ponía en los labios.

Hermione lo vio encendérselo con un mechero plateado que había sacado del otro.

—¿Desde cuándo fumas? —preguntó con incredulidad.

—¿Desde cuándo faltas a un examen? —contraatacó él, justo después de echar el humo por la boca.

—Desde que te conozco —las palabras salieron disparadas de su boca. Hermione no se dio cuenta de la brusquedad con la que las había dicho hasta que no se fijó en el ceño fruncido del rubio. Se apresuró a intentar suavizar el ambiente en cuanto recuperó el control sobre sí misma—. Te juro que no me reconozco ni a mí misma desde entonces.

Draco se apoyó sobre el tronco de un árbol cercano y la miró con un atisbo de molestia en los ojos.

—¿Debo disculparme por haber desordenado tu vida?

Hermione dio unos indecisos y pequeños pasos en su dirección, pero terminó mandándolo todo al diablo y acercándose a grandes zancadas para abrazarlo. Lo hizo con tanta fuerza que Draco no pudo evitar soltar un débil gemido con el impacto. Hermione rodeó su cintura con sus brazos y apoyó la cabeza en su pecho mientras veía consumirse el cigarro que sostenía con los dedos de una mano. Él suspiró antes de presionar los labios sobre su cabello.

—Mentiría si dijera que no has roto todos mis esquemas —susurró ella—. Pero eso no quiere decir que haya sido para mal.

Hermione levantó la cabeza para mirarlo y Draco le dio otra calada a su cigarro, viéndola desde arriba. Ella apretó un poco los labios y él sonrió levemente.

Y volarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora