Sangrando

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Capítulo 41: Bleeding.

Después de la revelación, Draco estuvo callado tanto tiempo que Hermione temió que hubiera entrado en un estado de shock permanente, aunque su lapsus le dio la oportunidad de echar un rápido vistazo al lugar en el que su novio había estado viviendo las últimas semanas. La nave era enorme, pero apenas tenía mobiliario. Un sofá, una nevera que le llegaba a la altura del pecho, una mesita vieja y roída y, en el fondo, una puerta cerrada que supuso que llevaría a un pequeño baño. Se preguntó si allí tendría agua corriente, porque Draco se veía tan desaliñado que realmente daba la sensación de que no se había aseado en días.

Un ligero movimiento por su parte volvió a llamar la atención de Hermione, quien se fijó cómo Draco desplazaba los ojos hacia la zona de su vientre. Estaba pálido, y una especie de mueca apareció en sus labios justo antes de decir:

—Si se te ha ocurrido esto para hacer que vuelva... te pediría encarecidamente que no alargues más la mentira.

Hermione estaba contenta de volver a escuchar su voz después de tanto silencio, pero ahora creía que tal vez había sido un poco brusca a la hora de darle la noticia. ¿Qué persona no reaccionaría estupefacta ante un embarazo no planificado? ¿Es que tenía que recordar la vez, hacía ya tantos meses que, envuelta en pánico, había abandonado el departamento de Draco creyéndose embarazada? En ese momento no había concebido la idea de estar embarazada, pero ahora... ahora era diferente. Había terminado sus estudios, tenía un trabajo estable y sabía a ciencia cierta que amaba al padre de su bebé. Tal vez no conocía ciertos detalles sobre su pasado, pero ya no era un completo desconocido.

¡Maldita sea! ¡Era él, solo él...! ¡Era la persona con la que quería pasar el resto de su vida!

Y no es que se estuvieran planteando el adoptar otro animal, ¡iban a tener un bebé! Juntos habían construido algo especial a lo largo de los meses y ahora dentro de ella había una vida formándose que sería de los dos... Diablos, todavía era tan reciente que pensar en ello se sentía algo irreal, ficticio. ¿De verdad iban a ser los responsables de una persona por los próximos dieciocho años? ¡Era de locos! Y por ello, lo mejor que podían hacer por el momento era empezar a hacerse a la idea.

No sería fácil, pero nada que realmente mereciera la pena lo era. El amor era la prueba más fehaciente de ello, sobre todo en la situación en la que estaba su relación en ese momento. Tan solo esperaba que la noticia de su embarazo facilitara las cosas con el tiempo. Y llegados a ese punto, solo le quedaba asegurarle que lo que decía no era más que la verdad.

Hermione puso su bolso sobre el regazo y lo abrió para sacar la prueba que lo demostraba. Se arrimó un poco más a él en el sofá y le enseñó el test. Él se quedó viéndolo con un gran interrogante en el rostro. Cuando Hermione se dio cuenta, rió por lo bajo antes de decir:

—Es positivo, Draco. No es ninguna estratagema. Estoy embarazada de verdad.

Él palideció nuevamente, pero esta vez reaccionó al instante. Se levantó, se puso la chaqueta de cuero y cogió las llaves del coche que reposaban sobre la nevera.

—Vamos —le dijo.

Aquello tomó de sorpresa a Hermione, pero sin pensárselo dos veces saltó del sofá y no se demoró en seguirlo afuera antes de que cambiara de opinión. La noche seguía fría, pero ambos estuvieron dentro del coche en menos de un minuto. Draco arrancó el coche y puso la calefacción al notar su débil tiritar. ¿Qué? ¿Así de fácil? Hermione se sentía tan feliz que ni siquiera trató de disimular la forma en la que se acomodaba en el asiento para mirarlo mejor. Se preguntó entonces si al menos debía intentar relajar la expresión de su rostro, pero no estaba del todo segura de poder hacerlo. ¿Cómo camuflar el asombro que le había producido descubrir que volvía a casa? Sonrió al imaginar el momento en el que entraran juntos por la puerta del apartamento. Lo había echado tanto de menos y había pasado tanto tiempo... que ni siquiera la negrura de la noche podía evitar que se le quedara viendo todo lo que quisiera. Y a pesar de que él mantuvo la vista fija en la carretera todo el tiempo, Hermione intuía que estaba siendo ligeramente consciente de su escrutinio.

Y volarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora