Para siempre

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Capítulo 19: Forever.

A pesar de que dentro de aquella casa ambos habían tenido la extraña sensación del tiempo concediéndoles unos instantes de gracia exclusivamente para ellos, fue cuando salieron por la puerta que entendieron que el mundo no se había detenido ni un momento.

Draco no había dicho ni una palabra más y Hermione había decidido respetar su duelo.

Lo miró subirse a la moto y tenderle el casco como por inercia. Sus párpados estaban caídos, y en los profundos surcos bajo sus ojos todavía podía apreciarse la humedad de las lágrimas que había dejado escapar. Hermione se puso el casco y se subió también, abrazándose a él más fuerte que nunca.

Le sorprendió encontrarse de nuevo frente a su pub cuando paró el motor. No se lo había pedido expresamente, pero había supuesto que ya que estaba bien entrada la tarde la llevaría de vuelta a casa. No dijo nada al respecto, se quitó el casco y aceptó su mano para ayudarla a bajar de la moto. Miró la cantidad de gente que transitaba la calle debido a la feria cercana. El portero habitual de por las noches abrió la puerta del establecimiento a una pareja joven y dejó ver su interior mientras pasaban dentro. El pub estaba hasta los topes, incluso se hubiera atrevido a decir que estaba más lleno incluso que la primera vez que fue.

—Alex debe estar desbordado —comentó Hermione con una sonrisa claramente forzada en el rostro. No le apetecía bromear después de lo mal que se habían sentido durante gran parte de la tarde en aquella casa, pero tampoco le gustaba ver el sufrimiento contenido en sus ojos. Lo notaba aún más afectado que cuando discutieron, semanas antes, en el salón de su apartamento.

Draco no respondió, en su lugar se dirigió al portal para luego entrar en casa. Hermione lo siguió con las manos metidas en los bolsillos. Con la frente apoyada en el cuello del hombre y la vista fija en la fotografía que éste sostenía poco tiempo antes, se había prometido hacer lo que fuera por aliviar su dolor. Se conocía, sabía lo empática que podía llegar a ser en determinadas situaciones, pero ciertamente le había sorprendido la manera en la que había sentido el sufrimiento de Draco en su propia piel. Al acariciar su espalda había notado un vacío en el pecho, como si de repente hubiera un hueco en su alma imposible de llenar con nada. Era tan inmenso ese hueco que le había hecho doblarse un poco sobre sí misma para evitar que algo más profundo y desolador se rompiera en su interior para causar el caos. No las había experimentado en primera persona, pero sintió cada una de sus pérdidas como si fueran suyas... y las lágrimas, que habían sido tan sinceras como las suyas, resbalaron por sus mejillas como si realmente lamentara que esas personas de la fotografía, de las cuales no conocía ni siquiera sus nombres, no estuvieran alrededor de ambos dándole vida a aquella casa muerta.

El dolor en su pecho era tan real... que no podía ni siquiera imaginarse el que Draco estaba experimentando.

Cerró la puerta cuando entró en el apartamento. Draco estaba de espaldas a ella, así que se acercó y acarició suavemente su brazo con las yemas de los dedos.

—¿Quieres que te prepare un té? —preguntó en voz baja. Una bebida caliente siempre conseguía relajarla en situaciones difíciles. Luego cayó en la cuenta de que en su cocina no había casi de nada—. ¿Tienes bolsitas de té? Puedo bajar a pedirle una a Alex, pero tal y como está el pub ahora mismo tardaré unos minu...

—No —dijo, interrumpiéndola al final de la frase—. No te vayas...

Hermione llenó sus pulmones de aire y lo dejó salir lentamente mientras lo miraba. Su voz sonaba tan débil... Definitivamente parecía abatido. Tomó su rostro entre las manos y se puso de puntillas para darle un leve beso en los labios. Luego cogió su mano y lo llevó al dormitorio. Tumbados en silencio sobre la colcha, Hermione acarició su cabello con dulzura hasta que se quedó dormido. Ahora podía ver cómo sus facciones se habían suavizado hasta el punto de hacerlo parecer tranquilo. Sus cejas ya no estaban fruncidas, sus labios tampoco se torcían en una mueca de dolor. Draco había decidido cerrar los ojos y permitirse descansar del mundo por unas horas. Hermione sólo esperaba que sus sueños fueran clementes y lo dejaran vagar con tranquilidad por dondequiera que su mente lo hubiera llevado.

Y volarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora