Culpables e inocentes

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Capítulo 33: Guilty and blameless.

Hermione le daba vueltas a un bolígrafo entre los dedos mientras pensaba, casi embelesada con su movimiento, en todo lo que había pasado en poco más de un mes. Con respecto a Draco, sus revisiones en el hospital habían estado dando resultados inmejorables, lo cual había provocado que decidiera volver a su trabajo en el estudio de tatuajes cuanto antes. Además, también había terminado contratando a la hermana de Julie en el pub después de realizarle una breve entrevista. Ella y su padre habían tenido que hacer turnos extra para cubrirla en sus citas con el abogado, ya que la policía no había tardado ni dos semanas en reunir pruebas y testimonios suficientes que daban veracidad a la declaración de Hermione contra Percy, organizando un juicio casi exprés que se celebraría la mañana siguiente. Los cargos eran demasiado importantes como para alargarlo más en el tiempo.

—¿Hermione?

La chica dio un respingo en la silla y miró a aquella mujer con sorpresa, recordando al instante que seguía en la consulta de aquella psicóloga a la que su madre había insistido en que visitara. Ella y Draco habían creado una férrea alianza para convencerla de que fuera a ver a un profesional de la salud mental después de todos los acontecimientos traumáticos por los que había pasado en tan poco tiempo. Ella había asegurado estar bien una y otra vez, pero al final había terminado cediendo debido a la presión de ambos.

—Disculpe, ¿decía algo?

—Te preguntaba si ya has terminado de rellenar la ficha de paciente —dijo con una sonrisa amable.

—Oh, sí —respondió ella, desplazándola con los dedos sobre el escritorio para entregársela, quedándose el bolígrafo y apretándolo un poco en la palma. No había esperado que aquella cita la pusiera así de nerviosa, por eso consideró que lo mejor sería canalizar sus sentimientos mediante aquel objeto.

—Estupendo —dijo, leyendo rápidamente sus datos antes de continuar—. Bueno, cuéntame.

Hermione se quedó muda, conteniendo incluso la respiración tras sus palabras. ¿A qué se refería con ese "cuéntame"? ¿Qué esperaba que hiciera? ¿No se suponía que era el psicólogo el que hacía las preguntas?

—¿Qué se supone que tengo que contarle? —decidió preguntar.

—¿Por qué estás aquí?

La chica parpadeó un par de veces, confusa, preguntándose internamente cuáles eran los motivos que la habían llevado hasta allí.

—Bueno, mi madre y mi novio insistieron en que viniera...

—¿Y por qué crees que ambos piensan que necesitas venir?

—Supongo que porque... últimamente han pasado muchas cosas en mi vida.

—Ahí es a donde yo quería llegar —Hermione la vio apoyar los brazos en la mesa y mirarla con una sonrisa en los labios—. Todo el mundo pasa por momentos duros, hay cosas que simplemente son difíciles de procesar... por eso la gente viene a mi consulta, para recibir la ayuda que necesitan para continuar. ¿Qué te preocupa a ti, Hermione?

—No sabría por dónde empezar...

—¿Qué te parece si empiezas por el principio?

Hermione cerró los ojos un instante y tomó una profunda respiración, tratando de sacar fuerzas de alguna parte. Si eso era lo que quería, eso era lo que tendría. Apretó un poco más el bolígrafo y se decidió a hablar.

—Bueno, supongo que todo empezó con mis padres. Siempre me han tenido en una burbuja, y aunque creo que eran conscientes de que no me dejaban respirar, tampoco me dejaban salir. Luego también tuve un novio que se portó fatal conmigo, me era infiel y me hacía sentir inferior todo el tiempo. Incluso se atrevió a romper conmigo por teléfono. Con respecto a las amistades, nunca he tenido muchas, pero cuando mi amiga de la infancia me dio la espalda sentí que el mundo se me venía encima... Necesitaba un cambio en mi vida desesperadamente, no podía seguir así y decidí romper con todo.

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