̶C̶a̶p̶í̶t̶u̶l̶o̶ ̶V̶e̶i̶n̶t̶e̶

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— No sabes lo feliz que estoy de tenerte a mi lado Josh. — dijo Tyler sonriendo de oreja a oreja. Ambos chicos se encontraban recostados en la cama, abrazados.

— Yo también. Deseaba tanto que fueras mío, y ahora te lo comprobaré. — respondió Josh besando dulcemente sus labios.

— Y lo mejor es que soy solo tuyo y de nadie más.

— De echo... — el peliazul hizo una pausa y sonrió ladino, con un toque de malicia en el rostro. — me retracto. Creo que si podría compartirte con alguien más.

— ¿A-a-a qué te refieres? — preguntó el castaño con los ojos llenos de temor.

Josh desvió la mirada de la del castaño y Tyler pudo sentir como otro cuerpo se acomodaba detrás de él. Sintió un escalofrío recorrer su cuerpo que lo dejó completamente frío. El peliazul acariciaba lentamente su rostro, mirándolo con ojos de lujuria y deseo. Tyler no quería darse la vuelta para ver quién era la otra persona que estaba al otro lado.

Tragó saliva y giró levemente su cabeza.

Dallon.

El ojiazul besaba repetitivamente su espalda mientras sus manos recorrían cada parte de su cuerpo, haciéndolo sentir más asqueado que excitado. El castaño derramó unas cuantas lágrimas por sus mejillas, se sentía tan confundido y no entendía por qué Josh permitía que aquello pasara.

Intentó zafarse de esa horrible situación, pero el cuerpo no le respondía, al igual que su voz. Quiso quejarse o gritar, pero ni un sonido o palabra salieron de su boca. Estaba petrificado.

— ¿Qué pasa Ty? ¿Acaso no es lo que querías? — dijo Josh fingiendo hacer un puchero, acunando su rostro con ambas manos.

— Si lo quiere. — habló Dallon desde atrás. Éste seguía tocándolo, aumentando las caricias sobre su piel. — lo quiso cuando estuvo conmigo, ¿o no mi amor?

Tyler seguía inmóvil, solo se escuchaba su acelerada respiración con el movimiento brusco de su pecho al subir y bajar. No soportó más las lágrimas y las gotas cayeron con más rapidez, mojando su rostro y su cuello.

— Deja de llorar. — contestó el peliazul con rudeza. Lo tomó de su mandíbula y dejó su rostro más cerca al de él. — tú siempre has querido esto. Es lo que eres, te encanta que te traten de este modo. Eres sumiso.

"Eres sumiso. Sumiso. Sumiso. Sumiso. Sumiso...".

Las palabras empezaron a retumbar como eco por toda la habitación. Su cabeza palpitaba con fuerza y la intensidad de su voz se oía cada vez más y más hasta el punto en que podían causarle dolor, sufrimiento.

Cerró los ojos con fuerza y deseó que todo terminara o que al menos pasara rápido.

Entonces despertó. Y estaba solo en su habitación. No había nadie más en su cama más que él. El castaño talló con fuerza sus ojos y retiró algunas lágrimas que habían quedado. Se sentía demasiado agitado y como si el aire le hiciera falta. Miró alrededor de su habitación y luego a sí mismo. Estaba bañado en sudor, era segunda ocasión que tenía pesadillas con Dallon, aunque no entendía por qué esta vez estaba Josh en el sueño.

Miró hacia el reloj de pared y se percató de que era más de mediodía. Era sábado, aunque nunca había dormido tanto como ahora.

Se levantó de la cama, tambaleándose por haberse despertado de golpe y fue hasta el baño. Se daría una ducha para luego ir a la biblioteca municipal, y después vería a Josh.

● his hair smells like chocolate ● [joshler] [EDITANDO]Where stories live. Discover now