̶C̶a̶p̶í̶t̶u̶l̶o̶ ̶V̶e̶i̶n̶t̶i̶d̶ó̶s̶

313 45 14
                                    

La limusina paró junto a la caseta del valet parking y uno de los muchachos abrió la puerta del lujoso coche para que ambos chicos bajaran. En lo que Josh terminaba de dejar en claro algunos asuntitos al chico del valet y a Alfred, el castaño se quedó admirando la extravagante mansión frente a él. Se veía igual de costosa y deslumbrante que la de Josh, a excepción de que la del peliazul todavía era aún más grande. Tyler entreabrió la boca y se sumió en sus pensamientos, tratando de averiguar a cuántas personas habría matado el dueño de la casa para poder conseguir todas estas cosas. O con la droga que habrá vendido. O con los varios crímenes en los que se vio envuelto y obtuvo una millonada por ellos.

Comenzó a sentirse muy nervioso estando en un ambiente como ese, sintió ganas de volver el estómago aunque este estuviera vacío. Por más que lo hubiera deseado, no podía huir o irse nada más porque si. Más porque, estando ahora con Josh, este estilo de vida solo representaba un día más de su rutina diaria.

La mano del peliazul se posó cariñosamente sobre el hombro de Tyler, logrando que se calmara solo un poco. Estando a su lado, tenía la seguridad de que nada malo podría ocurrirle. Le transmitía protección, cuidado, amor. El castaño estaba seguro de estar a salvo junto a él.

Caminaron tomados de la mano mientras subían las anchas escaleras de piedra. Tyler observaba con suma atención a cada invitado e invitada de aquella casa. La mayoría se veía más grande, no al punto de llegar a ser ancianos, pero sin duda alguna él podría ser el único menor de aquel evento.

Una fuente gigante en medio de la sala/comedor o cual sea la habitación que fuera, mesas amplias por doquier repletas de comida de todo tipo, como tres barras de cócteles y diversas bebidas alcohólicas, música, puros, excesos en general. El castaño se sentía bastante desubicado y no sabía para dónde caminar o ir, a donde Josh iba lo seguía detrás e intentó no despegarse de él ni un solo segundo. Estar rodeado de gente desconocida lo tenía en una ansiedad impresionante, más porque no se le daba tomar la iniciativa para entablar una conversación con otros.

— Dijiste que sería una reunión. — exclamó Tyler en un volumen de voz algo alto debido a la música.

— Lo es. Así son la mayoría de las reuniones de la mafia. — dijo Josh terminando el último trago de su bebida. Pasaron tan solo unos 5 segundos y ya tenía otra en mano.

— Recuerda que no podemos volver tarde, mis padres me matarían.

— Lo tengo pendiente Ty. — el peliazul besó la mejilla del castaño y éste sonrió apenado. — quiero presentarte a algunas personas.

Josh tomó su mano y se movieron cuidadosamente entre la gente, incluso para ser una mansión, había tantas personas dentro e incluso fuera de la casa que dificultada el paso. Tyler se percató de que se acercaban a un chico de cabello rubio claro, casi tirando a ser platinado, llevaba el cuello cubierto de tatuajes y pensó que en el resto de su cuerpo también los llevaba. De no ser por el traje elegante que cubría sus brazo, los tatuajes seguramente se lucirían captando la atención de todos.

Éste rubio reía y hablaba haciendo ademanes con las manos frente a un grupo de como 8 personas, ellos y ellas también reían y asentían de vez en cuando. La mayoría tenía un cigarro o un puro en la mano y con la otra sostenían su copa de champán o la bebida que fuera. Tyler tragó saliva y sonrió nerviosamente cuando ambos estuvieron más cerca de él.

— Jesse, quiero presentarte a Tyler. — Josh colocó su mano detrás de la espalda baja del castaño y le incitó a que estrechara su mano con la del rubio.

— Solo he escuchado maravillas de ti Tyler. — contestó Jesse y expulsó todo el humo que había calado de su puro. Tyler giró la cabeza levemente para evitar que le diera directo.

● his hair smells like chocolate ● [joshler] [EDITANDO]Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ