Desde hace un tiempo, he estado enamorada de Marco. Siempre pensé que el amor era algo hermoso y que sólo me traería felicidad... más nunca imaginé que iba a sufrir y llorar tanto.
¿Qué me iría a decir mamá? Acababa de llegar de Mewni. ¿Qué podía haber ocurrido en tan poco tiempo?
—Mamá, ¿qué sucede?
—Tenemos que hablar en privado.
—¿P-pero qué...?
—Vamos.
Mamá me tomó del brazo y me sacó de la casa. Yo estaba muy asustada, ¿qué me iría a decir ahora?
—Star, ya sabemos como solucionar tu problema.
—¿En serio? ¡Genial!
—Quizás no sea tan genial como crees.
Aguardé con impaciencia.
—Para remediar lo de tus desmayos, hay dos opciones.
—Sólo dimelas —dije emocionada —.
—La primera, es enviarte a otra dimensión y olvidar a Marco para siempre...
—¡¿Q-qué?! ¡No es para tanto!
—¡Si lo es!
—P-pero, ¿olvidarlo y no verlo nunca más? ¿Qué culpa tiene él de mis desmayos?
—Pues toda la culpa, en realidad.
Suspiré.
—Y bien, ¿cuál es la otra opción?
—Lo otro sería que empezaras a salir con... Tom.
—¡¿Con Tom?! ¡Por supuesto que no! ¡Tu misma dijiste que no era buena idea que saliera con él, porque podía volver a hacerme daño!
—Es cierto, pero...
—Dime, ¿por que él y no cualquier otro?
—Por varias razones. La primera, porque se nota que está interesado en ti y te podría hacer olvidar a Marco. La segunda, a pesar de su mal genio, es un buen chico y quiere lo mejor para ti. Y tercero, porque nosotros somos tus padres y debes obedecernos.
—¡Eso no es justo!
—Te hará bien...
—¿Sabes?¡No me gusta ninguna opción! ¿Acaso mi situación es tan grave como para cambiarme de dimensión o salir con un chico que ni siquiera me gusta?
—Star... hay algo que no sabes.
Su tono había cambiado a uno más triste.
—Según sé, tu enfermedad es más compleja de lo que parece, y conforme se va agravando, más síntomas aparecen. Primero, son los cambios de ánimo, luego vienen los desmayos, pérdida de la memoria, etc. etc.
—Y... ¿a que quieres llegar?
—Lo que sucede es que llegará un momento en que tu cuerpo no aguantará más y... pues, perderás la vida.
—¡¿Qué?!
No podía creerlo. Era más serio de lo que pensaba.
—Pues si, Star. Y tu sabes que ya perdí a alguien muy importante... Y -snif- no quiero que pase de nuevo, y menos con mi niña.
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