Cap 32

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Maratón 6/6

Sip. Hasta aquí la maratón. Y por cierto, decidí que pondré el comentario estrella en el último capítulo, así que ya saben... si quieren aparecer comenten que les está pareciendo la historia...

Bueno, que disfruten el cap... ( desaparece dramáticamente)

Marco~ Había pasado otro día más. Otro dia encerrado. Diana me despertó alegremente, con esa voz chillona que me desagradaba tanto.

—Mi amor, despierta. ¿Quieres que traiga tu desayuno?

Asentí, desganado.

—Inmediatamente vuelvo...

Al sentirme solo nuevamente, intenté mover la silla y sacarme los amarres. El estar tanto tiempo amarrado me había cortado la circulación en mis extremidades y me dolía mucho intentar moverme.

Diana volvió con la bandeja de comida en una mano, y con la otra detrás de la espalda. Noté que se había puesto una ropa interior más... sensual.

—Ya que con mi otra ropa no te causaba ninguna impresión, me compré esta. ¿Qué dices? ¿Te gusta?

Hice un desprecio y miré hacia otro lado.

—Da lo mismo qué te pongas, nunca me gustarás si estás así de podrida por dentro.

Vi como Diana abría los ojos completamente ofendida y dejaba caer la bandeja.

—N-no es... posible... T-tú... deberías enamorarte de mi...

Soltó un sollozo que parecía no tener final. Al principio, me sentía muy mala persona por hacer llorar a una mujer, pero luego recordé lo que le había hecho a Star, y supe que era correcto lo que estaba haciendo.

De pronto, dejó de llorar y un brillo siniestro invadió sus ojos. Y luego lanzó una carcajada.

—¡Jajajaja, claro! ¡Ahora lo entiendo todo!

De pronto, sus pupilas se contrajeron y una sonrisa de oreja a oreja invadió su rostro.

—Nadie dijo que el amor no podía ser violento, ¿verdad Marco?

Tragué saliva.

Diana se acercó con un inmenso cuchillo entre sus manos. Se lo pasó por la lengua y la sangre empezó a manchar el piso y su ropa.

—Vaya, al parecer tiene filo... —dijo ella, mirando su cuchillo ensangrentado.

Me miró y se relamió con cara de satisfacción.

—Eres tan lindo... no quisiera hacerte daño, pero quizás... así tu aceptes amarme para siempre.

No podía dejar de temblar, mirando el cuchillo que aún chorreaba sangre.

—Te amo Marco... ¿tu me amas?

La chica acercó su cuchillo a mi cara, mientras que con la otra mano acariciaba mi mejilla, dejándome un rastro de sangre.

No quería decirle que la amaba, no quería que ganara ella. Me quedé callado, esperando lo que tuviera que pasar.

—Vaya, parece que no entiendes...

Tomó una de mis manos y pasó el cuchillo por la palma de esta. No pude evitar dar un grito de dolor.

—No grites, recién estoy comenzando.

Diana siguió haciendome cortes profundos en los brazos, las muñecas e incluso en las piernas. Lágrimas corrían por mi rostro por el agudo dolor que sentía.

Enferma de amor ...Star x Marco...Where stories live. Discover now