Enferma de amor ...Star x Marco...

Cap 23

—¿P-ponyhead? ¿K-Kelly? S-se que s-soy la persona más estúpida del mundo, p-por favor, no me lo repitan... —dije, con los ojos llorosos —.

—¡Si no fuera por que estoy triste, te hubiera dado una patada en las...!

—Ya, Kelly, tranquila, recuerda a lo que vinimos... —dijo Ponyhead, calmando a la peliverde —.

—Ok, Pony... Marco, quizás haya posibilidad de que Star vuelva a la vida, aunque...

—¡¡Hagámoslo! —dije, sin pensarlo —.

—Cálmate, Apestorpe, que debemos pensarlo bien antes de hacerlo.

—Pero... ¡¿por qué?! ¡¡Mi Star esta muerta!! ¡¡Haría lo que fuera porque volviera a vivir!! —repliqué —.

—Es que podría ser peligroso...

—¡Ya díganme que es!

—Este... se trata de pedir ayuda a Eclipsa.

Todos los presentes guardaron silencio, con temor. Inmediatamente, los papás de Star se pusieron en contra.

—¡¡¡Eclipsa es malvada!!! ¡¡¡No pediremos su ayuda!!!

—Pero, con todo respeto, reina Moon, ¡es la vida de Star! Sé que ustedes desean que vuelva tanto como yo. Hay que intentarlo.

Después de una breve discusión, los reyes cedieron y Rhombulos (no se si se escribe así, sorry) liberó a la reina "malvada".

Eclipsa observó a Star dando un suspiro.

—Apuesto a que murió por amor, ¿no? La entiendo, después de todo son tan estrictos en este aspecto...

—¡Guárdate tus comentarios, Eclipsa! Tú no te comparas a mi hija. Ella no se enamoró ni huyó con un monstruo como tú —dijo la reina, molesta —.

—Vaya, al menos sé un poco más simpática con la persona que va a curar a tu hija.

—¡Vamos, amor, no discutas con ella! ¡Hazlo por Star! Ella te lo habría dicho... —dijo River —.

Moon dio un suspiro.

—Ok. Dinos que harás.

Eclipsa se puso a meditar un rato, tomó su varita y la apuntó hacia Star.

—Todos, den unos pasos atrás.

Nos alejamos de Star, a muy pesar mío, con temor a lo que le haría aquella reina.

—Oh, fuerzas del maldad, salud y vida, luz y oscuridad, revivan a quien murió, curen a quien padeció.

Una luz verde salió de su varita y se impactó contra Star, quien comenzó a brillar y a levitar, con sus ojos y mejillas brillantes. Finalmente, cayó al suelo igualmente inconsciente. Después de un momento de asombro, fuimos a donde se encontraba. Al verla igual inmóvil que antes se me apretó el corazón y besé sus fríos labios con fuerza. Los demás sólo observaban con tristeza. Sólo Eclipsa sonreía al presenciar la escena.

—¡¿Cómo puede sonreír ante algo así?! —dijo Janna, furiosa, a lo que Tom intentó calmarla —.

—Bueno, por dos razones... la primera, que me recuerda mucho mi adolescencia y segundo...

—¿Segundo?

—... que olvidé decir que este hechizo no funciona inmediatamente. Despertará en una o dos horas, máximo...

—¡¿Qué?! E-entonces... ¿vivirá? —dije, alegremente —.

—¡¡Por supuesto!! ¿Acaso no confiaban en mi?