(In)decent Proposal. (TRADUCCIÓN)

Capítulo Dos

Capítulo dos: El señor Hale lo verá ahora.

No llamé a Lydia de nuevo. Ni ese día más tarde y ni los otros dos días que le siguieron a ese.

Antes de que te estés preguntando, no, no fue porque mi teléfono se quedó sin minutos (aunque eso ... también sucedió). No la llamé porque incluso la sola idea de marcar su número hizo que mi estómago se convirtiera en nudos. No de los buenos, como las mariposas, sino de los terribles.

Solo sentí que era ... No sé. Un gran paso, tal vez? Diría, que más como un salto en aguas profundas. La idea de convertirse en un chico de alquiler: ¡un gigolo ! ¿Qué pensarían mis padres al respecto? Scott? ¿Y qué podría significar para mi futuro ? No creo que sea algo que superas una vez de que todo haya terminado, ¿verdad?

Osea quiero decir, no hay nada de malo en ser un gigolo. Es una elección de carrera como cualquier otra. Probablemente paga más que ser un maestro; y definitivamente más que un trabajador con salario mínimo. Y ... y no era como si estuviera en las esquinas esperando que los chicos me recogieran, ¿verdad? Sería diferente.

Aún así, vaya. Esto es extremadamente extraño.

No es que esta elección de profesión no fuera tomada antes por alguien que conozco. Conozco chicos que pagan por la universidad así. En la escuela secundaria, recuerdo, estaba Jackson Whittemore, uno de los exes de Lydia, hablando de eso. Fue expulsado de la escuela cuando el director descubrió que él era uno de los modelos en este sitio web de películas porno homosexuales; aunque sus padres juraron que obtuvo una beca para Londres y es por eso que desapareció repentinamente. Pero todos sabemos mejor.

Aunque él insistió en que es '100%, totalmente heterosexual', pero el tipo maneja un Porsche , por el amor de Dios.

Yo, yo solo ... No sé, joder. No la llamé, pero tampoco tiré la servilleta con los números que me dio. Me aferré a eso, de hecho; como una pequeña sombra de duda que me susurraba al oído cada vez que un grosero cliente que ni siquiera me permitió decir 'buenas noches, ¿qué puedo hacer por ti?' antes de gritar su orden, fue justo en ese momento donde apareció el número bailando en mi mente, o cuando tuvimos que comer ramen por cuarta noche consecutiva porque nuestra nevera estaba más vacía que nuestra cuenta bancaria. Yo miraba ese pedazo de papel, para entonces todo arrugado y desgarrado, preguntándome en silencio qué tan bajo es lo suficientemente bajo.

Tristemente, descubriría la respuesta a esa pregunta para el final de esta semana. En las últimas horas del viernes, para ser más precisos.

El viernes es el momento más ocupado de la semana para Brett's Burger. Verás, somos prácticamente el único lugar decente de comida cerca del campus (que dice más sobre las condiciones de la ciudad que sobre nosotros, para ser perfectamente honesto), por lo que todos siempre se amontonan un poco hacia nosotros. Niños universitarios estresados ​​que trataban de enterrar sus preocupaciones de fin de semestre en vasos de soda extra grandes y papas fritas rizadas, parejas tontas que piensan que lo más romántico que podían hacer en las primeras horas del fin de semana era esperar en la cola de un hamburguesa para una cita, padres con niños ruidosos que piden nuggets para que puedan recibir los obsequios que vienen en las cajas; puedes encontrar un poco de todo. La mayoría de las veces, estamos preparados para cualquier cosa que puedan arrojarnos, pero de vez en cuando la vida nos arroja rápidamente.

En ese particular último viernes de noviembre, la máquina de refresco 'elige tu sabor', tuvo una pequeña falla, por lo cual se comenzó a derramar toda la gaseosa. Hubo una cascada saliendo de nuestro mostrador, empapando los zapatos de los clientes cercanos a nosotros.

"No te preocupen, todo está bien! ¡Vamos a arreglar esto rápidamente! "Les aseguro a la gente en línea, poniendo mi mejor sonrisa. En retrospectiva, esa no fue una buena idea, ya que he oído que tiendo a parecerme al Joker cuando hago eso.