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El fin de semana pasó en un dos por tres. Es cierto eso que dicen: cuando estás en buena compañía, el tiempo pasa volando.

Pasé el fin de semana con mi novia. Disfrutando de nuestra compañía. Lastima que nada es para siempre. Teníamos que salir de nuestra burbuja de amor y enfrentarnos a la realidad.

Mañana era el juicio de las señoras Méndez, por lo que me tocaba tomar un avión hoy en la tarde. Estaría tres días allá. Demasiado para mi gusto, pero es trabajo, y de ésto vivía.

Antes de ir a la oficina dejé a Jazmín en la escuela. La llevé hasta la puerta.

-Hasta aquí llego-dije frente a la puerta.

-¡Dios! Siento que te vas y no te volveré a verte.

Sonreí al escucharla.

-Solo son tres días, princesa. Esperarás por mi.

Me acerque a ella y la abracé.

-Lo sé, pero tengo esta sensación en el pecho. Como si en este viaje afectará nuestra relación. ¿Tiene sentido?

Negué con la cabeza.

-Ninguno. Me preguntó si eso es una indirecta.

Ella sonrió.

-No otra vez. Sabes que solo tengo ojos para ti.

Se acercó hasta mí y me besó. Añoraba la selección de sus labios sobre los míos.

-Mas te vale que te cuides, Brenda.

Me dió un último beso, y entró al plantel.

•••

La mañana pasó tranquila. Los pendientes que tenía los resolvi gracias a Freddy, me sacó de un gran apuro encargándose de algunos casos menores.

Eran las dos. Tenía que estar en el aeropuerto en media hora. Le puse un mensaje a Jazmín salí rumbo al aeropuerto. Me extrañó no ver a Yessica, no había hablado con ella. En el camino solo podía rogar que estuviera allá.

Minutos después un mensaje de ella me lo confirmó. Me esperaba en el aeropuerto.

•••

Al llegar a la Capital nos dirigimos al hotel que Liz nos había conseguido. No era de lujos, pero era acogedor.

Nos registramos en este y recibimos las tarjetas de nuestras habitaciones, que para nuestra suerte estaban frente a frente.

Acomode mi maleta sobre la cama. Saque una ropa más cómoda y me fui a duchar. Hoy teníamos la primera reunión con Natalia Méndez, nuestra clienta.

Cuando llegué al restaurante del hotel, era temprano. Yessica no había llegado. Caminé hasta la barra y pedí una bebida. Era cierto que estaba trabajando pero un trago no le hace daño a nadie.

-No creo que sea buena idea.

Yessica había entrado al restaurante y se había sentado junto a mi.

-Solo es un trago. Nada pasará.

No me había permitido mirarla, hacerlo significa traicionar a Jazmín, cosa que no haría. Mi relación estaba bien, no necesito cargar con muertos en mi espalda.

-Lo siento, Bren. Yo so...

La interrumpi.

-Descuida.

Miré hacia el frente y una señora de unos treinta y algo entraba.

-Creo que la señora Méndez llegó.

Apunté con mi dedo índice a la mujer de unos treinta años, que cumplía exactamente con las características de nuestra clienta.

Nos acercamos a la mesa donde la señora se encontraba.

-Buenas tardes, Sra. Méndez. Soy Yessica Vegas, su abogada. Ella es Brenda Rangel, mi colega.

La señora se paró de su asiento y nos saludó.

-Mucho gusto.

Nos sentamos en la mesa junto a ella.

-Pueden decirme Natalia... Natalia Paredes. Méndez era el apellido de mi esposa, bueno ex.

Decidimos repasar nuevamente el caso.

Natalia-cómo así pidió que la llamarán- nos contó nuevamente lo sucedido. Katherine Méndez-su ex esposa y la otra madre de la niña-la engañaba. Está, aparte del divorcio quería la custodia total de su hija, pero Natalia no lo permitiría.

Estuvimos una hora más conversando. Mañana era nuestro primer juicio. Teníamos que estar temprano.

•••

Nos encontrábamos subiendo en el ascensor. Estábamos en silencio no era uno incómodo pero tampoco era cómodo. Mi situación con Yessica era complicada. No habíamos tenido oportunidad de hablar respecto a nosotras.

Mi situación en general era complicada, tenía a dos maravillosas mujeres: Jazmín que en los últimos días se ha convertido en una parte crucial de mi vida. Y Yessica, que era mi mejor amiga, y la amante que se enamoró de mi.

-¿Estuvo bien?-preguntó de repente.

Suspiré.

-No estuvo mal. Lo importante ahora es ganar el caso.

-Si, es lo mismo que pensé.

El ascensor se abrió en nuestro piso. Salimos y caminamos hasta nuestras habitaciones. Cuando estuve a punto de abrir la puerta la escuché hablar:

-Buenas noches, Brenda-susurró.

Voltee a mirarla y, ya había entrado.

-Buenas noches, Yessica.

Amigas Con Derechos (Lésbico)©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora