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Jazmín.


En estos últimos dos meses Brenda se ha comportado muy distante conmigo, a estado muy ausente. No me llama tanto como antes, siempre está trabajando, las veces que la visito se la pasa frente a una laptop o durmiendo. Ya no sé qué pensar. Pensaba que ella sería diferente, que esta vez sí había encontrado a la persona correcta, pero creo que me volví a equivocar.  

Cuando estoy en el trabajo me pongo a pensar en la probabilidad de que me esté engañando. Confío en ella, pero en este punto ya no sé qué pensar. Su comportamiento me confunde, y me hacen pensar en cualquier cosa que la justifique.

Me encontraba trabajando en la sala de profesores. Revisaba exámenes y trabajos. Estaba tan agotada, lo único que quería era llegar a mi casa y dormir, pero no podía hacer eso. Tenía planeado sorprender a Brenda, le haría la cena. Trataré de arreglar las cosas con ella. De verdad la quiero, y voy a hacer todo lo que pueda para recuperarla. No permitiría que está relacionado terminara así.

—¿Puedo sentarme?

Escuché a alguien hablar a mi lado

Era la hora del almuerzo, y como cada día me encontraba en la cafetería. Observando a  los chicos.

— No tienes que pedir permiso,, Claudia—respondí sonriendo.

Claudia se había convertido en una muy buena amiga. En los últimos días nos hemos ido conociendo mejor.  Describir que teníamos más cosas en común de las que pude imaginar.

—¿Estás bien?— preguntó.

Solo asentí. No tenía ánimos de hablar.

—Jazmin, conozco esa mirada. Es Brenda ¿Cierto?

Si, era ella. Pero con la única que quería hablar al respecto era con Brenda. Así que actúe indiferente, seguí comiendo.

—De acuerdo, si no quieres hablar lo respetare.

Después de eso, no siguió con el interrogatorio. La verdad no tenía ánimos de ponerme hablar con ella sobre Brenda, meno que me estuviera dando uno de sus consejos.

•••

Mi horario de trabajo había llegado a su fin.  Me encontraba en el estacionamiento del plantel. Liz se había ofrecido a pasar por mí, ya que teníamos muchas cosas de qué hablar así que ella tuvo la grandiosa idea de pasar por mí y luego invitarme a un café, así podríamos hablar  cómodamente.

Habían pasado diez minutos desde que la espero, y aún nada. Observe a mi alrededor y pude notar que la gran mayoría de maestros se habían marchado, me estaba quedando completamente sola.

Matare a Liz si no viene pronto, y para completar estaba oscureciendo. Le puse un mensaje para que se apresurara. Guardé el celular y me senté en el frío cemento, parecía una indigente.

—¿Esperas a alguien?

—¡Dios!

Amigas Con Derechos (Lésbico)©Where stories live. Discover now