Noptalm: Sombras de una invasión

Prólogo

Noviembre. 5 años después de Skullik.

El mundo ha cambiado. La humanidad eligió un destino cruel. Consecuencia de decisiones absurdas y endiosadas. Incredulidad de líderes mundiales que no creían en el calentamiento global. A pesar de las múltiples manifestaciones, los esfuerzos fueron mermados por la inconciencia y codicia de unos pocos.

Condenaron al mundo entero. La raza humana que antes vivía cómoda, ahora intenta sobrevivir. Algo que los seres humanos olvidaron, hasta darse cuenta que eran un virus de mierda. Los ecosistemas se han convertido en un infierno incandescente.

Economía, desarrollo, explotación de recursos naturales y extinción de las especies. Pero, la naturaleza es más sabia que el ser humano. Extinguirá a la especie que intentó dominar lo que no era suyo y que no tuvo respeto a la tierra que le dio de comer.

La humanidad intentó adaptarse a la situación. Crearon inventos que permitían obtener agua dulce del aire, para convertirla en agua potable. Pero, en pocos meses, los desiertos crecieron. Devoraron pueblos y ciudades enteras. La mayoría de sus habitantes murieron, a causa de la deshidratación.

Los militares no dejaron evacuaran. Los altos mandos decidieron asesinarlos a todos, excepto a sus propias familias, como una cruda autodefensa para mantener el orden, en vez de ser víctimas de humanos que estaban fuera de sí.

Los gobiernos adoptaron la eugenesia para sobrevivir e intentaron mantener sus cargos, pero la población mundial no aceptaría las intenciones egoístas de sus líderes. Armaron revoluciones y guerras civiles. Nadie quería perder. No existía una alternativa: el pueblo o el gobierno.

Algunos gobiernos sobrevivieron, al asesinar a todos los civiles de la ciudad. Cerraron las fronteras y los masacraron a todos. No tuvieron piedad. Hasta los niños tenían fusiles y pistolas para defenderse, entrenados desde los 5 años para ser máquinas asesinas.

Lithkara tomó el control de la superficie. Ningún humano lograría detenerla. Sus creaciones sobrevolaban todos los rincones del planeta. Ragnarök, el falso Dios todopoderoso, no tuvo más opción que dejar abandonar el Paraíso.

Pero, había una isla localizada cerca de la nación extinta de Estados Unidos. Resistía los ataques y el calor infernal. Nació producto de la actividad volcánica y un hombre fundó la primera nación del nuevo mundo: Noptalm.