Capítulo 13: Odio

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6 de Noviembre. 5 años después de Skullik (D. S.). 

Traidores de mierda. Detesto que exista desconfianza con mis acciones. Sólo quiero salvar a la humanidad, a Noptalm y a mi familia. No puede ser que hayan denegado la posibilidad de ser inmortal, al igual que Dimitri.

Ese hijo de perra incidió en la decisión de la reina de los muertos, para que no me convirtieran en algo mejor. Me tiene envidia y el ego por las nubes. Nos condenará a todos, en vez de salvarnos. Necesitamos a más seres humanos inmortales, con el objetivo de derribar al Averno y tomar el control de lo que queda de nuestro país.

No tendré piedad con Dimitri, ni Celeste, ni la Santa Muerte. Armaré una rebelión, para que la palabra de la humanidad sea fuerte y clara. No podemos agradecer a alguien que desea dejarnos morir, en vez de encontrar la salvación. Yo soy esa salvación, nadie más.

Todos los humanos de Noptalm me tienen un irrestricto respeto y algunos me tienen miedo, porque soy capaz de torturar y asesinar a los traidores.

La causa de Noptalm debe ser mía. No de Necrotia, porque les falta una visión de futuro y el progreso llegará, cuando terminemos con ésta guerra. Alcanzaremos la misma vida que teníamos, antes de toda ésta mierda.

Cuando expulsemos a éstos bastardos, estaremos mejor preparados para confrontar a Wakorem y los demás entes que tomaron nuestro mundo. No daremos lugar a los cobardes que deseen quedarse en sus casas.

Obligaremos a los niños a que porten armas de fuego y comiencen a ser una milicia, desde temprana edad. Los padres deberán entender que será por el bien de todos, porque sé que estarán en contra.

No volveré a confiar en Necrotia, aunque Dimitri o Celeste intenten convencerme. Estoy dispuesto a luchar y derramar sangre. Mis ideales deben ser los únicos que deben prevalecer en Noptalm y las armas son la única solución.

Comandante Andrew Thompson.

Noptalm: Sombras de una invasiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora