Décimo paso; Cambia de tema

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Esta última semana ha pasado demasiado rápido, supongo que es por el lunes festivo y otras cosas que no podría descifrar. La cafetería de la universidad está repleta y yo estoy haciendo fila para poder comer algo, aunque no me guste el concepto.

Muchas cosas pasan por mi mente, aunque no sé que filtrar como importante; pienso en las numerosas veces en que Rick me invitaba a comer para que no hiciera fila y las numerosas veces que ello salía mal. También pienso en la posibilidad de que haya empanadas de pollo, pero creo que se llevaron las últimas. Hago una lista de lo posible comestible y saludable, aunque solo se me viene a la cabeza la ensalada de frutas y es demasiada papaya para mi gusto. Cuando llego al principio de la fila decido comprar lo primero que veo; papitas y gaseosa, la dieta de todo estudiante de primaria. Pago y salgo para buscar mesa, lo cual es imposible. Meto la billetera en la maleta y comienzo a caminar por ahí sin un rumbo fijo. Pienso en los posibles lugares para sentarme, pero la mayoría están lejos y no quiero caminar tanto.

Mi celular vibra en mi bolsillo. Me recuesto contra la primera pared que encuentro y saco el teléfono, es un mensaje de Rick pidiendo disculpas por lo de la otra vez, lo ignoro y vuelvo a meter el teléfono en el bolsillo. Unos pocos pasos después vuelve a vibrar. Hago rodar mis ojos antes de sacarlo; un mensaje de Jack. Me sorprende el gesto, no es algo normal el que me escriba. Aunque, ¿que digo? es la primera vez. Desbloqueo el teléfono y entro en la conversación; ¿Muy sola?

-No espies- susurro. Escribo una respuesta mientras mi sonrisa de incredulidad se forma en mis labios; ¿Acaso tienes un plan para ello?

-Si me aceptas llevarte a dar una vuelta. ¿Tienes clase ahora?

-A las 2 de la tarde o algo así- respondo recordando mi horario 

-Bueno, creo que puedo invitarte a un almuerzo

-Sería mucho

-No tanto- escucho su voz detrás mío y salto del susto. Le miro reírse de mi- Compenso la última salida- continúa metiendo su teléfono en el bolsillo del pantalón.

¿Hay alguien en este mundo que no recuerde la última salida? Porque yo quiero olvidarla, para ser sincera -No tengo problema- confieso sonriendo. Se recuesta contra la pared a mi lado.

-¿Cómo estás?- pregunta con una sonrisa

-Mejor, supongo- estira su mano hasta llegar a la mía y toca con la punta de sus dedos mi muñeca, no protesto, no me molesta en lo más mínimo. Es más, me reconforta- ¿Quieres ir ahora o...?- intento continuar.

-Oh, si- sonríe. Mira mis manos y frunce el ceño- ¿Qué estás comiendo?

-Papitas y gaseosa- intento que mi tono de voz suene como una niña, pero me es difícil a mi edad. Él se acerca más a mi y me mira con seriedad, como si le hubiera insultado. Toma las papitas y gaseosa de mis manos y las lleva atrás de su espalda- Hey- reclamo sonriendo- Eso es mío

-Ya no- se aleja de mi con mi comida en las manos- No debes comer estas cosas a la hora del almuerzo, debes comer saludable

-Eso estaba pensando- comento alcanzándolo- Las papitas tienen menos calorías que el chocolate

-Y la coca-cola compensa las demás- hace rodar sus ojos con una sonrisa- No voy a dejar que comas esto

-¿Y que si engordo?- inquiero- No es como si buscara a alguien más

-Tal vez alguien más te busca- agrega sonriendome. Suelto una carcajada forzada- ¿No crees en ello?

-No lo creo- digo finalmente- No soy popular, ni bonita como para que los chicos anden detrás mío

-No es necesario- caminamos hasta su auto. Saca las llaves de su bolsillo mientras sostiene mi mercancía en su otra mano, abre mi puerta y me invita a entrar- No todos buscan alguien lindo y popular

-Pero es la generalidad- agrego con una suave sonrisa. Él me mira un momento antes de cerrar la puerta, pasa por el frente del auto y entra como piloto. 

-Hay muchas formas de ver hermosa a una persona- se abrocha el cinturón y me entrega mi comida chatarra- No comas mucho de eso, quiero que almuerces bien- agrega colocando las manos en el volante. Organiza el retrovisor y la silla, al igual que los espejos.

-¿Cuantos años tienes?¿Cuarenta?- ironizo sonriendo

-¿En realidad?- comenta mientras arranca el auto- Veintitrés

Como Olvidar A Tu ExWhere stories live. Discover now