Quincuagésimo noveno paso; Bésame, todo es lo mismo

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Cierro el grifo por fin y me quedo mirando a la nada por un largo momento. Mi mano mojada la paso por mi rostro para asegurarme de que no estoy soñando. Toda esta noche ha sido una completa locura. Me miro al espejo; el maquillaje se ha corrido por el agua y pueden verse mis ojeras, no creo que le guste de esta manera a Jack, pero no estoy como para preocuparme por eso en este momento.

Apago la luz del baño y cierro la puerta detrás de mí, esto es una completa locura. -¿Que pasó?- pregunta Jack cuando paso a su lado, le observo; está genuinamente confundido, el botiquín en sus manos. Me acerco le rodeo el cuello con mis brazos como puedo y lo beso, solo lo hago. Él no demora en profundizar el beso, me toma de la cadera y me levanta suavemente del suelo, yo aferro mis pies a su cintura y sigo besándolo. -¿Que sucede, princesa?- pregunta suavemente- Estás rara- susurra. Una de sus manos va a mejilla y acaricia suavemente mi piel.

-Tengo sueño- susurro ocultando mi rostro en su cuello. Lo abrazo fuertemente y cierro mis ojos disfrutando de su fragancia.

-¿Sueñito?- susurra contra mi pelo, siento como respira profundamente y me abraza más contra su cuerpo. Yo asiento contra su cuello haciendo que él ría suavemente- Vamos a la camita- su tono infantil me parece adorable para un adulto de su edad, es demasiado hasta para mi. Comenzamos a caminar lentamente, se agacha cuando llegamos a las escaleras para recoger mi morral y hace los mismo cuando subimos las escaleras. Yo me dejo llevar sin protestar, es relajante el latir de su corazón contra mi estómago.

-¿No soy pesada?- pregunto suavemente

-Pesas lo que un niño- susurra con una risa burlona, no tengo energía para quejarme. Se agacha otra vez cuando pasamos por la puerta de su cuarto- Llegamos- susurra. Deja mi morral en el suelo y me toma de la cintura, yo no quiero bajar- Vamos- niego aferrándome a su cuello. Se acerca a la cama y se deja caer de espaldas contra el colchón, yo me alejo de su cuerpo soltándome de su cadera y cuello para no lastimarme- ¿Entonces?- pregunta cuando le miro a los ojos.

-Estás loco- río. Su sonrisa es amplia y hermosa, me acerco lentamente y le beso en la comisura de los labios- Muy loco- susurro. Acaricia mi rostro con delicadeza y se queda mirándome- ¿Te gusto?- pregunto con una sonrisa.

-Mucho- susurra- ¿Puedes dormir a mi lado? O quieres que acomode el sofá- comenta. Lo pienso por un momento; la lógica me dice que debo dormir en el sofá, pero también quiero dormir a su lado, sentir un poco de calor humano por una vez en mucho tiempo. Cuando Rick y yo éramos algo solía quedarse en mi casa y se colaba entre mis sábanas de vez en cuando, mis padres se enfurecieron al principio, pero después de un año las cosas les parecieron un poco menos dramáticas. El pánico mató a los dinosaurios, querida eso dijo mi tía cuando vino de visita y vio lo histérica que podría ser mi mamá. Desde entonces ha sido un poco más relajada.

Pero, bueno, volviendo al tema; ¿Jack o sofá? -¿Puedo dormir a tu lado y no harás nada?- pregunto suavemente, la timidez cubre mis mejillas de un rojo brillante. Él sonríe ampliamente.

-No te haría daño. No a alguien como tu- comenta. Una punzada atraviesa mi corazón al escuchar palabras parecidas a las que dijo Dan hace tan solo unos minutos, pero debo dejarlo de lado. Debo concentrarme en Jack y no pensar en alguien más.

-Esta bien- contesto. Bajo de la cama y voy por mi morral- Iré a cambiarme- comento entrando al baño de la habitación. Me miro al espejo y veo esa sonrisa bobalicona cruzando mi rostro. Dios, siento que estoy haciendo algo que no debo (aunque es cierto), pero es tan excitante. Me cambio rápidamente y me desmaquillo. Saco mi saco (suena una redundancia pero no lo es) pero es demasiado corto, abro la puerta un poco- Cariño, ¿tienes un saco que me prestes?- pregunto.

-¿Tienes frío?- pregunta. Le veo acercarse al armario y buscar algo, ya tiene lo que parece su pijama puesta la cual consiste en una pantaloneta hasta la rodilla, no tiene camisa y hace que mi corazón se salte un latido.

-No es por eso- contesto. Se acerca a mi con un saco negro, sus pies descalzos contra el suelo resuenan más fuerte de lo normal, puedo ver una marca blanca extenderse por su pierna, una cicatriz. Recibo el saco y me lo coloco rápidamente. Es tan grande que las mangas quedan colgando desde la punta de mis dedos y cubre el pequeño short de mi pijama- Me siento muy pequeña- menciono saliendo del baño con el morral en la mano. Jack me mira y sonríe.

-Dios, te vez adorable- comenta con una sonrisa. Me sonrojo de inmediato. Escucho un suave golpe en la puerta de la habitación- ¿Si?

-Hasta ma...- miro a Dan quien se queda mirándome, no puedo evitar que las mejillas me ardan y él parece notarlo por que de inmediato desvía la mirada- Hasta mañana.

-¿Cierto que se ve adorable con mi saco puesto?- comenta Jack. Algo dentro de mi me hace sentir mal, por un momento sentí como si Jack dijera eso para herir a su hermano y me hace sentir pena. Aunque no sé si está bien sentirla.

-Si- contesta Dan saliendo de mi campo de visión. Escucho la puerta de su cuarto cerrarse.

-Que malo eres- comento haciendo un puchero- No quería que Dan me viera de esta manera- me acerco a él y dejo el morral cerca a la mesita de noche. La cama ya está organizada y Jack parece listo para dormir.

-No importa- contesta tomando mi mano suavemente. Están heladas.

Como Olvidar A Tu ExDonde viven las historias. Descúbrelo ahora