✧ Capítulo : [7]

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"Todos queremos lo que no se puede, somos fanáticos de lo prohibido"

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"Todos queremos lo que no se puede, somos fanáticos de lo prohibido"

Mario Benedetti

~°~ ~°~ ~°~

Releo una y otra vez esa página que representa la cruda realidad, descifrando cada espacio en blanco, adivinando cual podría ser su continuación.

¿Acaso puede existir, tanta verdad en un simple verso?

Y tanta crueldad, en mis actos.

Las letras me llaman e identifican, es una frase que a mi vida acompaña.

Como si estuviera pisara un hilo fino, muy delgado de esos en los que con un paso en falso, pierdes el juego.

El de enamorarte mágicamente.

De un ser no deseado, del que menos imaginas, pero que con la mirada aniquilas.

¿Un juego de palabras?

No lo creo, uno de miradas.

La persona menos esperada, opta por inspeccionarme de pies a cabeza con sus cejas fruncidas, ambas traspasándome. El tal Federico Hernández, afortunado este de tener contacto con el vidrio de la puerta en la sala de profesores, hace un par de horas.

Por suerte, la sanción no llego.

Pues Bella, lo soluciono.

No estoy decepcionada o arrepentida, aún así escondo mi cabeza entre las hojas del mismísimo libró que nos entrego, para conocer a fondo. Me siento volita pero peleonera, ante la mirada del queridísimo Fede el terrible apodo que salió de los labios de Sandra, temprano en el receso.

El Federiquito, esta de suerte.

La tiene, su atención, gestos, hoyuelos y sonrisas en cambio yo soy solo una simple sombra.

Jodidamente pierdo pero a la vez disfruto verla de lejos, aun que sea un sueño inalcanzable. Habitualmente espero que el calendario corra rápido, y se aproxime cada semana, estar allí en clase es una adoración, por que río y la tengo cerca, aunque intente alcanzarla y termine sin poder rozarla.

Suele resaltar, técnicas de señales habladas, nada discretas, amenazantes que dispara si le das la iniciativa. Con palabras o sin ellas de todas formas intimida, al empezar las horas de enseñanza.

Hasta esas extrañas advertencias, van cegandome. Todo de la mujer del lienzo, consigue hechizarme débilmente.

Con brusquedad tomo los libros que ocupan lugar en cada pupitre, juntándolos a todos en una larga fila, soportando el gran peso que conlleva cargarlos.

Mi Bella Imposible (EN ARREGLOS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora