✧ Capítulo : [25]

444 30 14
                                    

En plena noche vamos transcurriendo sobre las deterioradas calles que llevan hasta su hogar, mientras nos enfocamos en llegar, Ramón comienza a platicar sobre la personalidad de cada integrante de su familia, para que así no experimente tantas imp...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

En plena noche vamos transcurriendo sobre las deterioradas calles que llevan hasta su hogar, mientras nos enfocamos en llegar, Ramón comienza a platicar sobre la personalidad de cada integrante de su familia, para que así no experimente tantas impresiones. Estos parecen ser muy fogosos, explosivos, no de una manera buena diría yo cuenta cada anécdota, algunas penosas y otras en parte graciosas, pero sobre todo aclara porque nunca les presento a ninguna chica.

—Mis padres son un poco desesperados con el asunto. —Explica resaltando el comportamiento de estos. —Ámalos y no te sorprendas por sus actitudes o lo que lleguen a decir.

—¡En que cosas te metes Aurora! —Grito en voz alta regañándome por aceptar este tipo de cosas. Gracias a esa actitud espera aceptación al respecto. —Pides mucho, pero está bien actuare lo mejor posible.

Respiramos con dificultad, analizando cada paso para que la relación luzca verdadera, dando a relucir los errores que por nada del mundo se pueden cometer. Como, por ejemplo: Llamarme Aurora y no Jazmín, decir que no soy buena estudiante o hasta demostrar un carácter rebelde, entre otras cosas. Justo todo lo opuesto a la verdadera novia, sabemos bien que cartas van a jugar sobre la mesa.

Doblamos hacia la derecha en la última esquina, topándonos con la casa. Parece grande, aunque por fuera es todo lo contrario, está hecha con bloques y es de color celeste, algo sencillo sin necesidad de llamar la atención, a diferencia de la mansión que sin lugar a dudas destaca demasiado.

Nerviosos por la cercanía, bajamos la velocidad intentado controlar las ganas de salir corriendo y abandonar el plan, estamos comportándonos igual a unos completos gallinas.

—Ya sabes me tocas y te golpeo. —Suelto de repente reiterando las reglas molida de los nervios sin poder parar el temblor de mi cuerpo. —Me miras y también te golpeo, cualquier cosa más allá que hagas y no sea autorizada...

—Y te golpeo, dime algo que no sepa por favor. —Contesta cansado por escuchar lo mismo.

—Dame la mano. —Obedece agarrándome con fuerza sudando de los nervios. —Agh espero que funcione.

—Dímelo a mí entonces.

Decididos en dejar el temor de lado, tocamos el timbre para luego mirarnos con decisión y asentir, nos haremos ver igual a una pareja feliz a como dé lugar, sin importarnos las consecuencias si por alguna razón estos llegaran a descubrirnos. Nadie abre, lo cual nos parece extraño ante ello Ramón saca la llave secreta, debajo del tapete para quitarle el seguro a la puerta. Se abre ante nosotros una casa patas arriba, pañales y talco de bebe regado por el piso, los sillones y muebles repletos de adornos, artesanías.

—¡Darwin! ¡deja de jugar con tus calzoncillos! —Exige una chica de pelo negro correteando detrás de un pequeño niño quien está desnudo y tiene su propia ropa interior en la cara.

Esteban, al verlos maldice sosteniéndose la cara, nunca lo eh visto tan enojado como lo está ahora.

—¡Pueden dejar de ser tan anormales por un maldito segundo! —Grita furioso llamándoles la atención gracias a ello dejan de corretear para mirarlo con cierta sorpresa. —¡Limpien ya todo este desastre!

Mi Bella Imposible (EN ARREGLOS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora