❝...Bella, solo eso puede decirle en un completo susurró, temiendo ser oída por terceros❞
Ella la ve, tan refinada, única pero pasiva a la vez con su larga y castaña melena, cayendo en sus suaves pero débiles brazos. Postura perfecta y ese sutil ce...
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Despierto al mediodía de un Sábado, dando vueltas sobre la cama. Sintiendo ese mismo retorcijo de estómago, que me invadió ayer en la noche, al percatarme de otro secreto oculto, otra caja que lleva un hecho del pasado.
Por un momento quedo inmóvil, recordando por segunda vez las mismas palabras, sin ser la única oportunidad en donde veo el mundo dando vueltas por mi subconsciente, la diferencia es que ahora la extensa laguna que solía tener desde un principio, finalmente se convirtió en un hueco sumamente extenso, en el que percibo una voz frágil, miedosa y pequeña, pide ayuda.
Al sentirme ahogada en un vaso de agua, reacciono defendiéndome de cualquier mala jugada, que pretenda hacer más daño. Elevo ambos brazos para sentirme despabilada, estirando consigo ambas piernas, tras estar liberada de tantas vibras bruscas observo por el amplio ventanal de la habitación, lo lindo que viste de azul el cielo, las nubes vuelven a pintarse de blanco, después de haber estado coloreadas por ese gris triste y apagado.
Los rayos del sol, y la ligera brisa me invitan a salir y tomar un delicioso café cargado, ese amigo que aguanta melancolías y a su vez disfruta de victorias. Emocionada abro el placar, repleto de prendas desordenadas y revueltas, ordenar y no encontrar lo que buscas, es el resultado de encontrar una masa de ropa amontonada.
Doy vuelta los cordones de ambos zapatos, para al fin enfrentarme con la puerta principal. Al bajar las escaleras y transcurrir por la sala de estar, percibo unas escandalosas risas, junto a un parloteo constante de esos que con estar a distancia, ya captan tu atención por completo. Voy hacia atrás sintiendo el bullicio cerca, llego a la cocina encontrándome con una Jazmín chistosa y una Matilde muerta de la risa.
—¡Aurora tienes que ver esto! —Dice Jazmín entre carcajadas sosteniendo a la vez un libro con fotos viejas.
Queriendo saber que tanto les da gracia, tomo el álbum de fotos. Una foto en particular revela un pasado bastante chistoso, de Greg el chófer de este hogar. En sus primeros años de vida, lo vestían igual a una pequeña bebita, con un conjunto rosa de conejo y un gorro enorme de zanahoria, es muy gracioso de observar, ya que si miras detenidamente es muy fácil darte cuenta, de que no era una simple bebe de cariñitos y sonrisas bonitas.
Al verlo no pude evitar soltar una sonora carcajada, Jaz reacciona de la misma manera, entre risas soltamos comentarios tontos, que terminan en un fuerte dolor de panza para ambas.
—¡Shh no se rían muy fuerte que si se entera me meta! —Interviene Matilde haciéndonos bajar la voz.
—¿Qué es eso que tiene puesto? —Cuestiono quedando algo confundida por la vestimenta.
—Parece uno de esos tutus de ballet.
—¡Cuando sea grande quiero ser como el! —Agrego divertida mientras que recibo una risa junto con un golpe en el hombro. —Tenia flow el bebe Greg. —Prosigo mencionando idioteces gracias a ello continuamos con las mejillas rojas de la risa.
