✧ 2da parte Capítulo : [19]

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«Por culpa del padre de Esteban lo refundieron en la cárcel»

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«Por culpa del padre de Esteban lo refundieron en la cárcel»

El chico por el que se desvive, es sangre del mismo depravado que hundió a Carlos su padre en tres paredes sucias y una angustiante reja metálica, de la que no puedes salir, súplicas aferrándote a esta en silencio, rogando tener un super poder para salir y disfrutar de un cielo estrellado.

Se vieron, enamoraron y ahora deberán impedir que separen sus corazones.

¿Acaso la vida puede tener tantas casualidades?

Ver que nadie ronde, correr y pasar el libro por la ventana del vehículo.

Balbuceo y balbuceo, con las manos sudadas y los pies sobre el estacionamiento, intento agarrar la valentía suficiente para acercarme, y dejar dentro del auto los tantos capítulos que incruste en mi mente, los tantos que se quedarán en el aire sin ser expulsados. Debo evitar su cercanía esa que tanto me enloquece, será mejor evadirla en la biblioteca y depositarle aquí mismo el objeto que desea releer, sin que esa actitud despampanante pruebe arrebatarme la cordura.

Con la mente fría y las piernas al compás de un tambaleo, voy aproximándome, dejando la táctica de correr a un lado. Un paso, otro y un último más, los necesarios para estar a escasos centímetros, nerviosa echo un vistazo al casi pequeño espacio abierto, que contiene el vidrio polarizado, es justo el que necesito para lograr pasarlo.

—Que no este dentro que no este. —Imploro de ojos cerrados dejando caer el libro hacia el lado del conductor.

Tras unos segundos después todo se mantiene en armonía, sin ella alrededor, calmada suelto el aire que retenía, descargando toda esa onda de nervios que cargaba anteriormente, si llega a verme justo aquí, realizando esta travesura con seguridad haría que le de lo que deseo en sus manos, mirándola hasta lograr desvanecerme en menos de un minuto.

La mente simula un si, mientras este corazón ruega por verla de nuevo.

Aún sigo aquí esperando, esperándola.

Yendo hacia la puerta principal, escuchó los gritos que alza la directora, en contra de un pobre hombre que ruega por cualquier tipo de empleo, ya sea de cuidador, trapeador o mensajero. El aspecto que trae consigo no es para nada favorecedor, cara arrugada, pelo sucio, prendas malolientes seguido de un comportamiento débil, dejado y áspero. Nada hará que logre ganarse un trabajo digno.

—Por favor señora echeme una mano.—Pide clamando para que le de ese sí esperado ni con ello se gana la ayuda de la mujer tan solo vuelve a responderle con un odioso gesto. —Puedo hacer de todo por más que este así de feo. ¡Se lo suplico póngame a prueba! —Súplica esta vez de rodillas rebajándose en sus pies.

Nunca ni aún que no tengas para comer o dormir, consideres arrodillarte sobre a una persona hostil y empoderada.

Lamentablemente, los sencillos y trabajadores, terminan sumidos en el rechazo.

Mi Bella Imposible (EN ARREGLOS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora