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Con el paso del tiempo comienzo a acostumbrarme a mi nuevo domicilio, a mis nuevos vecinos y a fingir que soy una alumna de intercambio con un sencillo kosei de tierra y un alto sueño de ser superheroína. Me aplico a estudiar para salir con honores o mínimo, ingresar con recomendación a U.A. y sigo combatiendo al mal, dónde procuro no utilizar mas de 3 Particularidades y hago correr la voz entre los héroes que jamás me esperen si es de día, que yo sólo puedo laborar en la noche. Poco a poco voy estudiando a los superhéroes que existen y sus Particularidades, ya que es ley que alguna vez nos enfrentaremos uno a uno en el colegio y pienso tomar ventaja basándome en los héroes de ahora. Con todo esto, casi no hablo con Toshinori, pero All Might y yo nos vemos seguido en las peleas nocturnas.

Y sin que nadie se de cuenta, los 10 meses vuelan y llega el día; es 26 de febrero. El examen de ingreso a U.A.

— Bien ¡comiencen!... ¿Qué ocurre? No hay cuenta regresiva en las peleas reales ¡corran, corran! El tiempo ya está corriendo ¿saben?

Naturalmente en cuanto Present Mic dice “comiencen” corro al interior del área que me corresponde para llevar el examen. Hay muchos competidores y algunos me siguen en cuanto avanzo; aquí yo soy la única que ha experimentado el verdadero combate real, así que no tengo miedo a ninguno de los juguetes que me encuentro en el camino y destruyo para reunir puntos, procurando irme lejos para encontrar más, atrayendo a varios con mi magnetismo y después destrozándolos con la tierra y el magneto. No así, al poco una serie de temblores y ruido intenso me hacen volver a una acumulación y encontrarme con un robot mucho más grande que los que estaba combatiendo: el robot de los 0 puntos.

Me alejo un poco pues he salido en un callejón a su lado y el polvo de la destrucción me bloquea la vista, pero no así vuelvo en cuanto se ha disipado y ahuyento a todos a correr, aunque yo posicionándome en un punto ciego del enorme robot.

Si no lo elimino, me impedirá combatir a los otros robots y algún civil podría salir daña… ¡joder, aquí no hay civiles!

Me había olvidado que esto no es más que un campo de entrenamiento y por lo tanto no hay civiles, pero aún así debo de eliminarlo: en una batalla real no puedes huir y me da muy mala espina que el robot de los 0 puntos es el más grande y casualmente nos pidieron alejarnos. De pronto encuentro a un chico vomitando y estoy por correr a decirle que se largue si valora su vida cuando escucho algo más: hay una chica entre un montón de escombros y al ser un blanco de el robot, un chico a salido corriendo, saltando en el aire como una bala y tirándole un puño a la bestia metálica, despedazándolo.

Smash… –digo en voz baja, reconociendo ése poder de inmediato como el One for All y por tanto, al ahora portador de dicha Particularidad.

El robot cae y se despedaza y alcanzo a empujar al chico que estaba vomitando en una calle para que no quede aplastado, aunque al volver veo que entre la chica que estaba en los escombros y el próximo All Might han conseguido llegar al suelo.

Ay…

El muchacho se ha roto las piernas y el brazo.

Joder, hasta a mí me duele…

Entonces escucho que el tiempo ha concluido y comenzamos a aglomerarnos otra vez, todos entorno al robot destruido y al chico que lo destruyó, el cual yace desmayado en el suelo. Tengo una Particularidad de curación, pero es sólo en casos de emergencia y la verdad, no quiero revelar mis otros poderes. Uy…

Puaj, pero ver al chico con el brazo triturado me tensa por dentro y me acerco a verle, aunque justo cuando estoy por tocarle la mano para probar qué tanto necesitaría reconstruírsela, una agradable voz de abuela suena del fondo y me vuelvo a ver a la anciana con traje de enfermera que se acerca hacia aquí repartiendo gomitas entre los alumnos. Decido alejarme y darle su espacio para actuar.

One for All Where stories live. Discover now