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PDV de Todoroki

Después de 5 veces que intento llamar a Tora y ella no contesta decido ir a verla; ya le había dicho que iba a venir, porque ya tenía prevista esta discusión con mi viejo y su insistencia en manejarme a su gusto.

En casa de Aosora las luces están apagadas y las ventanas abiertas, lo que me alerta y aunque llamo a la puerta no responde nadie, así que entro por una ventana encendiendo las luces conforme avanzo entre los pasillos. No así, la encuentro profundamente dormida en el sillón, con los audífonos caídos en el cuello; posiblemente se quedó dormida con ellos puestos y por ello no escuchó las llamadas.

Fin PDV de Shoto.

Siento una presencia frente a mí y eso me hace abrir los ojos, encontrándome con otros en colores diferentes.

— Perdón, creo que me quedé dormida.

— … si estás cansada, yo…

— No, está bien ¿salimos o cenamos algo primero?

— Salgamos ahora. No durarás mucho si ya has comido.

Voy a ponerme una ropa cómoda y ambos salimos como en nuestra costumbre a entrenar. Y pensar que nos conocemos desde hace menos de una semana.

Durante el entrenamiento los ataques de Shoto parecen fuera de sí y veo que se está excediendo en usar su lado derecho, donde le empiezan a salir ligeras capaz de hielo y no deja de temblar, mientras literalmente crea un iceberg del tamaño de medio Japón, hasta que agotado se detiene y empieza a toser.

— Ya basta, Shoto –lo detengo, contemplando la enorme construcción que acaba de hacer. En algunas casas lejanas afectadas por la sombra que genera el montículo comienzan a encenderse luces y de inmediato lo interpretamos: en nuestro caso no está permitido el uso de las Particularidades en exteriores y a nuestro antojo, así que en poco llegará la policía– lo siento, pero tendrás que derretirlo y con algo rápido. Considerando que por naturaleza aquí ya hacía frío, vas a requerir de un buen fuego.

— No.

— Shoto ¿quieres ingresar con un reporte de Estado de un día antes a la academia? ¿Hijo de Endeavor?

— No.

— Venga, por lo menos una prueba de que tu jodido poder sirve y no ha muerto. De todos modos, van a llamar a tu padre a que derrita esto y quién sabe si no delaten que un chico lo ha hecho. El hielo es común, pero chicos como tú no.

Eso molesta a Shoto y él, extendiendo su brazo izquierdo, dispara una ráfaga de fuego de la palma de su mano, cuan llamarada de dragón, la cual derrite el hielo en su otro brazo y genera nubes y nubes de vapor tibio, inundando el pasto del agua derretida. Con mi poder de tierra la suavizo para que con el agua se convierta en tierra fértil y nos vamos de allí. No hablamos en todo el camino de vuelta, Shoto visiblemente molesto de que lo obligué a utilizar su lado izquierdo y además se ha quemado la manga de la camisa. Ya en mi casa se sienta de mal humor en el sillón de la sala y yo me voy a buscar una camisa que tengo de él guardada (dejó una muda de ropa aquí precisamente para emergencia o un día que se quedase aquí) y se la entrego.

— Venga, cámbiate –le digo, sentándome frente a él. Se niega– si no lo haces, llegarás con una evidencia de que utilizaste el brazo izquierdo.

— Me obligaste.

— Te salvé de un reporte de Estado y que tu padre se enterase que te fugas en la noche conmigo. Pff, deja tu rabieta de niño, a fin de cuentas no fue en vano.

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