One for All

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Y exactamente como dice el rubio sociópata, porque justo levitando encima del estadio hay una gran masa de rocas.

— ¡LIBERAR! –exclama la chica allá abajo, mientras una lluvia de meteoros cae en tierra sobre Katsuki. Apoyo un pie en el borde y con mi tierra rotando frente a los espectadores como una cortina los protejo de la lluvia rocosa aunque sin interferir con su visión. Gracias a los binoculares veo a Aizawa-sensei notar el efecto y él me observa, así como All Might, así que asiento de forma visible para darles a entender que protejo al público y que no estoy interfiriendo en nada en el duelo.

— ¡Lluvia de meteoros!

— Debiste notarlo –responde mi profesor a Mic tras su exclamación sorprendida.

— ¿Ella tenía un plan desesperado como ése bajo la manga? –exclama Midoriya también; como no conoce la magnitud de manipulación del Quirk de Ochako, no pudo predecir un plan así.

De verdad Uraraka nunca perdió el tiempo allí. Con esa cantidad, Bakugo debe optar por atacar o protegerse y ella podrá tocarlo, aunque sea muy mínimamente...

Mientras la chica que desafía toda ley de la gravedad y al siniestro chico explosivo corre hacia él, Bakugo levanta un brazo, tomando una postura de refuerzo, como si se preparara para no salir disparado hacia el suelo.

Esto... no luce bien...

Bakugo genera tal explosión que ninguna roca diminuta puede tocarlo y Uraraka, quien se dio a si misma ligereza para poder alcanzarlo en menos tiempo, es atrapada en la explosión por su fuerza y es impulsada atrás, todavía bastante lejos de Katsuki. La explosión crea tal onda que a todos nos impulsa atrás y obligo a mi tierra a dispersarse para no caer sobre el público. Prácticamente... voló en pedazos el plan de Uraraka.

— Como eres amiga de Deku, pensé que planearías algo –dice Bakugo, aún en la misma postura, mientras la nube de humo se disipa.

Debe tener muy buenos pulmones acostumbrados a humos así.

— ¡¿Bakugo destruyó todo de una explosión?! –grita Mic– ¡explotó todo el plan secreto de Uraraka!

Sin embargo, el invencible del número uno hasta ahora, el chico sin aperturas (como Todoroki), al momento de bajar el brazo lo veo soltar un suspiro de respiración contenida. Enfoco la señal en él y, muy quedamente, me sorprendo de su alivio.

— Eso estuvo cerca.

¿Cerca? ¿Qué estuvo cerca? ¿Hubo algo en todo esto que lo hizo sobreexcederse? ¿Bakugo tiene un límite enserio?

A todo esto Uraraka sigue en el suelo, en cuatro puntos, evidentemente frustrada. Sin embargo, haciendo acopio de los estragos de fuerza que tiene se levanta.

— Así está bien –dice el sádico Katsuki– ¡pongámonos serios, Uraraka!

Esta vez es él quien corre a la chica, mientras ella hace en puño ambas manos y da la vuelta.

Ochako ¿Qué te está motivando en éstos momentos?

Sin embargo apenas gira su cuerpo cuando pierde el control de éste. Bakugo se da cuenta y frena, mientras la pelicastaña yace en el suelo, temblando. Mic-sensei informa la caída con angustia.

— Mi cuerpo... ya... no hace... lo que quiero –murmura la chica contrariada. Lentamente desliza su cuerpo por el suelo, acercándose a Katsuki, quien no baja la guardia aunque tampoco se mueve.

¿Dónde están ahora los héroes que lo criticaban?

Siento la bruma no sólo del público, sino también de mis compañeros sorprendidos por la actitud temeraria de Ochako, así como la pesadumbre de verla esforzarse e intentar seguir. Es demasiado para cualquiera.