Capítulo XIV

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Miércoles 16 de marzo del 2016

—Hey —saludó con simpleza, retiré la vista del plato de galletas que tenía frente a mí y lo miré bajar las escaleras.

Era increíble como siempre lucía tan bien, no importaba la hora del día, o la situación, o qué estuviera usando, él siempre se veía increíble. Y lo odiaba por eso.

—Hola.

—¿Qué hay para desayunar?

—Cualquier cosa que encuentres en la cocina que no esté echada a perder.

Detuvo su andar y se giró a mirarme con una mueca de disgusto.

—Este trabajo va a terminar matándome de una indigestión.

—Creo que eso no es lo que va a terminar matándote de este trabajo —le sonreí.

Él me miró con el ceño fruncido y luego de casi tres segundos regresó su caminata hacia la cocina. Se siente bien ser el irónico en una conversación.

—¿Tienes algo que hacer hoy? —me preguntó sentándose en el sofá frente a mí con una manzana en la mano.

—¿Por qué? ¿Quieres invitarme a salir? —arqueé una ceja— Perdóname, pero no eres mi tipo.

Soltó una de esas risas que suenan más como un suspiro y me miró a los ojos.

—Yo —enfatizó— soy el tipo de todas.

Ugh, alguien ha estado leyendo literatura juvenil últimamente.

—¿Qué es lo que quieres? —rodé los ojos.

¿Había mencionado alguna vez cuanto odio su egocentrismo?

—Acompáñame.

Lo miré durante unos segundos.

—¿Piensas que no tengo nada más importante que hacer?

—Dime qué —se recargó en el respaldo del sofá. Maldición—. Lo que creí.

Sonrió de medio lado, se levantó del sofá y subió las escaleras.

~•~

Eran las cinco veintidós de la tarde cuando Jayden tocó mi puerta y me pidió que bajara.

Estaba parado en la puerta principal extendiéndome mi abrigo con una sonrisa burlona en los labios, bufé y lo tomé. Abrió la puerta, salimos y nos montamos en el auto.

—Y entonces, ¿tu novio es generalmente así de agresivo? —preguntó luego de un rato de silencio.

—¿Por qué debería de contarte?

—Oye, es mi nariz la que quiere romper, me importa.

Me reí y esta vez no sólo fue mental, de verdad me reí y me golpeé mentalmente por haberlo hecho. Y me golpeé aún más fuerte cuando vi la sonrisa que se formaba en el rostro de Jayden.

—Él... sí, es muy celoso y agresivo con los chicos que me rodean.

Siempre, desde que lo conocí, inclusive antes de que fuéramos novios, siempre había intentado mantener a todos los chicos alejados de mí. Generalmente nadie se acercaba a mi casa, y cuando Jordan, el nuevo en el instituto lo hizo, terminó con el tabique de la nariz desviado.

Recuerdo haberle reclamado mucho a Alec por eso. Sus celos y su posesividad eran, por lo lejos, su mayor defecto.

—Lo entiendo, si algún día encontrara a a mi novia viviendo con alguien así —se señaló a sí mismo—, también me volvería loco.

CustodioWhere stories live. Discover now