Capítulo XXXIV

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Lunes 2 de mayo del 2016

Skyler y yo nos encontrábamos sentadas en el interior de mi auto, las clases habían terminado hace ya varios minutos y nosotras no habíamos cruzado una sola palabra en todo el día.

Había un sinfín de sentimientos dentro de mí que luchaban por tomar el primer puesto, entre la ira contra Jayden por lo de mis padres, la tristeza de que por primera vez en mucho tiempo él no estaba afuera del colegio esperándome para ir a casa, las ganas de entender todo lo que ocurría, el desconcierto por haberlo visto a él, Ethan, Alec y los vecinos de Skyler tener un enfrentamiento armado dispuestos a matarse los unos al otros y demás.

El haber visto a los vecinos de Skyler, aunque me sorprendió, no había sido la gran cosa porque realmente no los conocía mucho y siempre me habían dado mala espina. Ver a Alec disparándole con tanto odio a Jayden sí fue desconcertante, y ni hablar de cuando vi que Jayden también empuñaba un arma. Pero lo que más me tenía perpleja era haber visto a Ethan disparar. A Ethan Heron, el chico amable y honrado que se había convertido en mi mejor amigo hace dos años y medio, el niño del jardín de niños que llegaba golpeado y con lágrimas en sus ojitos, que se sentaba en la parte más alejada del salón y nunca decía una palabra. El ser humano más dulce que había conocido en mi vida. Él también estaba disparando.

—Kelsey, por favor, dime algo.

La castaña en el asiento del copiloto se removió intranquila en su asiento.

—Creo que la que me debería decir algo eres tú.

Ella ya estaba al tanto de la situación, el domingo por la mañana toqué la puerta de su casa y le conté todo, no me esperaba menos de su reacción, de sus labios abiertos por la sorpresa no salió nada más que aire por mucho tiempo. Sorpresa por Ethan, por sus vecinos, por Ethan, por Jayden, por Ethan, por Alec, por Ethan. Sobre todo por Ethan.

Sin embargo el susodicho dueño de nuestros desconciertos la había llamado el mismo día rogándole casi en llanto que le permitiera explicarle todo.

Para el final del día ella ya sabía toda la historia, a diferencia de mí que aún desconocía la explicación que Jayden había prometido darme. Sinceramente no esperaba que me lo dijera ayer, él siempre desaparecía los domingos, pero ya habían pasado casi catorce horas del lunes y no tenía siquiera una señal de vida de Jayden.

—Ethan me hizo jurar que no te diría nada, dijo que ese era trabajo de Jayden. No creas que yo estoy disfrutando verte así de intranquila. Sólo quiero saber cómo estás.

—¿Cómo crees, Sky? Vi a tres de los hombres más importantes de mi vida intentando matarse entre sí. ¿Sabes lo raro que fue verlos articular palabras que no escuchaba y luego dispararse? Han pasado dos días y todavía no sé qué está pasando. Sin hablar de que el idiota de quien estaba enamorada llamó a mis padres para que volvieran de no sé dónde y así poder librarse de mí.

—Estoy segura de que él tiene una explicación.

En cualquier otra situación razonaría, sin embrago, todas las emociones dentro de mí nublaban mi buen juicio y no podía hacer más que actuar de forma precipitada.

—Su explicación es que quería alejarse de mí lo más pronto posible. Y yo sé para qué quería alejarse.

—Kelsey, creí que te lo habías tomado mejor por como reaccionaste cuando eso pasó.

—Estaba en shock, Skyler, no sabía cómo debía reaccionar, es decir, nadie está preparado para reaccionar ante una situación así, ¿no crees?

CustodioWhere stories live. Discover now