Capitulo XXV

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Martes 12 de abril del 2016

El reloj marcaba las 5:43 PM cuando vi a Jayden aparecer en el umbral de mi puerta con las llaves del auto en las manos.

—¿Estás haciendo algo importante?

—No —negué—, sólo la tarea de la cual depende mi futuro, ¿por qué?

Él rió volando los ojos hacia arriba mientras se recargaba en el marco con ambos brazos cruzados.

—Acompáñame.

Arqueé una ceja y me incorporé en la cama.

—Casi una semana sin pelear y ya no puedes vivir sin mí, es encantador.

Antes de que pudiera alegar algo más me levanté de la cama y pasé por su lado saliendo de la habitación.

Estaba segura de que había sonreído.


~•~



El camino había sido silencioso pero tranquilo, de vez en cuando Jayden soltaba un comentario sarcástico intentando molestarme.

—Creo que tu sarcasmo ya no es suficiente para molestarme.

Él chasqueó la lengua.

—Necesito pensar en otra cosa, últimamente soy yo quien está en jaque, y esa deberías ser tú —se quejó haciéndome soltar una carcajada.

El auto aparcó afuera de un local, me giré a leer el letrero que se encontraba en la parte superior del frente.

—¿Qué hacemos aquí?

—Vine a comprar unas cosas.

Se bajó del auto y lo rodeó para abrir mi puerta.

—La ultima vez que compraste unas cosas esas "cosas" hicieron que me sangraran los dedos —me quejé saliendo del auto.

Recordaba haber venido hace varias semanas a este lugar a comprar las cuerdas para la guitarra de Jayden, aquella vez que me enteré que tocaba la guitarra.

—Deja de quejarte, Kelsey, solo vamos —rodó los ojos con una sonrisa burlona en los labios.

Entramos en la grande tienda, la primera vez que habíamos venido yo me había quedado en el auto y a pesar de que toda mi vida había vivido en Toronto y sabía que este lugar estaba aquí, jamás había entrado, así que comencé a analizar mi alrededor, había instrumentos por todas partes, colgados en las paredes, en vitrinas, en mostradores, en estantes, discos y miles de cosas que ignoraba para qué servían.

No estaba tan llena, había cerca de diez personas esparcidas por toda la tienda, y a lo lejos un grupo de hombres de entre 20-30 años acumulados en un extremo de la tienda, cerca de lo que supongo que son amplificadores de sonido.

—No te alejes mucho —susurró Jayden cerca de mí mirando hacia el otro extremo de la tienda.

Asentí y luego de esto caminó en dirección a uno de los cientos de mostradores del lugar.

Caminé por la orilla de la tienda observando los diferentes tipos de guitarras colgadas en las paredes, de varios colores, formas y tamaños, preguntándome cual era la diferencia entre una y otra. Paseé mi mano por las repisas, había cuerdas, cordones, plumillas de varios colores, tamaños y diseños y un montón de cosas más que ignoraba su función.

El grupo de hombres al fondo de la tienda comenzó a inquietarse, acaparando toda mi atención, no eran tantos, había alrededor de cinco chicos y dos vendedores. No podía observarlos bien, la lejanía y mi mala visión no se llevaban bien, más aparte había un montón de tripies y otros instrumentos en el centro se me obstruían la vista. Por en medio de los dos pedestales para micrófono podía distinguir a un chico que me resultaba bastante familiar, alto, delgado, rubio, mi mirada se había puesto sobre él y sobre el moreno a su lado, quienes se encontraban de espaldas, a pesar de que no los veía sus anatomías y complexiones parecían conocidas

CustodioWhere stories live. Discover now