Capítulo XLIII

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Lunes 16 de mayo del 2016

Habían sido unos días muy estresantes para todos luego del encuentro con Alec en casa de Jayden.

Ver a Skyler aquel día me hizo darme cuenta de que pese a que el conflicto era entre los dos bandos, la pelea de Alec iba también contra mí. Y desde aquel día he estado mucho más aterrada que antes.

En mi desesperación llamé a Franny para que volviera a su casa y le pedí a Sean que no fuera de visita un tiempo. Luego de eso, estuve un poco más tranquila.

Los chicos habían vuelto tan pronto supieron lo que pasó y Sky se había quedado con nosotros por su seguridad.

Nos encontrábamos a las afueras de Alberta en una pequeña casa que los chicos habían conseguido. 

El aire de la mañana llenaba el interior de la casa, los ventanales dejaban entrar el sol de una forma suave y cálida. Los chicos se encontraban en la sala de estar, sentados todos alrededor del televisor viendo cómo Finn estaba a punto de derrotar a Scott en FIFA. Sky y yo los mirábamos desde el comedor.

—¿Todos los hombres están embobados por los videojuegos?

Voló su mirada hacia mí.

—Son hombres.

Nos reímos pero a los pocos segundos Sky se detuvo para mirar sus dedos. Mi amiga aún se encontraba en un ligero estado de shock luego de lo que había pasado. Compartíamos una misma habitación, todos los días se despertaba con lágrimas en los ojos y tardaba mucho tiempo en poder conciliar el sueño.

—Sky... —tomé su mano y ella me apretó con fuerza.

—¿Cómo lo soportas?

Negué ligeramente.

—No creo que ya me haya acostumbrado, no puedo dormir, cada vez que me voy a la cama tengo miedo de que a la mitad de la noche entren por nosotros. Y en todo el día, el miedo no se va. Cada vez que los veo irse, tengo miedo de que no vayan a volver —suspiré y miré de reojo a Jayden—. Pero tengo la confianza de que un día todo esto terminará y ellos podrán tener vidas normales. Él lo hace más llevadero.

Asintió—: Extraño a Ethan.

—Sí, lo sé, yo también.

Extrañaba a Ethan, y a Sky, aunque la tenía conmigo la extrañaba como antes, en la escuela, en el centro comercial, en una fiesta, en nuestras casas; así la quería y no a mi lado temblando de miedo porque hay hombres persiguiéndonos por el país dispuestos a matarnos. Extrañaba lo que solíamos ser.

A los pocos segundos escuchamos toques en la puerta principal y en un abrir y cerrar de ojos Jayden se encontraba a mi lado junto con Jake mientras los demás empuñaban un arma que apuntaba hacia la puerta. Cielos.
Aaron se acercó con cautela a la puerta y se asomó por la mirilla, abrió la puerta y todos suspiraron de alivio pero yo no sentía ninguna razón para estar aliviada.

—¿Me extrañaron? —sonrió con anchura entrando a la casa y cerrando la puerta tras ella.

La maravillosa Sage Hogan estaba de vuelta.

—Con un carajo, Sage, casi nos matas del susto —se quejó Scott tirándose de espalda al sofá.

—¿No pudiste avisar que venías? —preguntó Mason sentándose al lado del pelirrojo.

—Ustedes me dijeron dónde estaban, creí que era obvio que iba a venir.

—Un mensaje no le haría daño a nadie —agregó Finn retomando el control del suelo.

CustodioWhere stories live. Discover now