Capítulo 24

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"Yo no tengo la culpa de que me gustes."

Amy's POV

Suspiro profundamente cerrando el libro. He empezado a estudiar ya para los exámenes de enero. Llevo en la biblioteca de la universidad dos horas y ya estoy cansada.

Abro la mochila y cojo el libro de 50 sombras liberadas. Abro por la página por donde me he quedado. Me encanta esta trilogía y tengo unas inmensas ganas de ir a ver al cine la tercera parte.

—¿Qué haces? —susurran en mi oído una voz muy conocida. Observo a Justin arrastrar la silla que hay delante de mi y se sienta delante de mi con el respaldo por  delante.

—¿Qué lees?

—50 sombras.

—Con que 50 sombras eh... —sonríe traviesamente.

—Así es, me gusta mucho esta trilogía.

—¿Y qué es lo que más te gusta del libro? —lame sus labios.

—Todo —muerdo mi labio.

—¿Todo?

—Todo —digo con voz sexy.

—Tendremos que poner en práctica algunas cosas ¿no?

—¿Te va el royo sado?

—Nunca lo he probado pero contigo estaría dispuesto a probarlo —dice mirándome intensamente.

Trago saliva y aparto mi mirada de la suya ya que no la puedo aguantar.

—Tengo que irme a clase —cojo el libro guardándolo en la mochila.

—Nos vemos Drew.

—Nos vemos Am —me guiña un ojo.

Al finalizar las clases me dirijo al coche pero una voz hace que me gire.

—Amy ¿vas a algún sitio en especial?

—Iba a comer a mi casa —pongo mis manos en los bolsillos de mi chaqueta.

—¿Te apetece venir a mi casa y pedimos comida china? Necesito hablar contigo sobre algo...

—Está bien, vamos sube.

Antes de caminar hacia la puerta visualizo a Justin hablando con Lexi. Muerdo el interior de mi mejilla y nuestras miradas se cruzan. De repente veo a Lexi con una sonrisa puesta en sus labios y veo como Justin la sigue.

—Amy ¿vienes? —pregunta Rob manteniendo la puerta abierta.

—Sí... —digo algo aturdida. —Me ha parecido ver a Abby, tenía algo que decirle.

Conduzco hasta casa de Rob. Cuando entramos nos acomodamos en el sofá miramos en una carta que tiene lo que podemos elegir y después llama por teléfono.

—¿Has empezado ya a estudiar?

—Sí, hoy he empezado —suspiro frustradamente apoyando mi cabeza hacia detrás.

—Ya sabes, si algún día quieres relajarte de tanto estrés puedo hacerte un masaje —sonríe.

—¿A si? —arqueo una ceja. —No sabía que sabes hacer masajes.

—Pues soy el mejor —dice acercándose a mi.

—¿Sí?

—Sí.

Choca sus labios con los míos. Pone sus dos manos en ambos lados de mi cintura atrayéndome a su cuerpo mientras pongo mis manos en su nuca. Nuestras lenguas no tardan en encontrarse y en chocar juntas.

Fall - Justin Bieber Donde viven las historias. Descúbrelo ahora