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Seung y el otro chico, un moreno alto de ojos claros y con un corte de cabello que a Yuuri le pareció extrañamente conocido, se encontraban arrodillados frente a él con auténticas caras de arrepentimiento y pena

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Seung y el otro chico, un moreno alto de ojos claros y con un corte de cabello que a Yuuri le pareció extrañamente conocido, se encontraban arrodillados frente a él con auténticas caras de arrepentimiento y pena.

Yuuri no les había regañado, aun, pero solo porque por más que pensaba, en verdad no entendía, no imaginaba, no esperaba que aquello fuera a suceder en su tienda.

El Beta caminó de un lado a otro frente a ellos, pensativo, hasta que por fin paró. Con seriedad miró el rostro rojo de Seung, quien solo miraba hacia el piso con sus manos apretadas sobre sus piernas.

-Seung... -comenzó lentamente Yuuri, viendo como este cerraba los ojos con miedo.

El chico junto al coreano miró preocupado a su pareja y luego a Yuuri.

-Por favor, señor, no despida a Lee, no fue su culpa, fue mía -se apresuró a decir- Yo vine sin avisar y luego insistí en hacer... las cosas que no debíamos en su tienda -dijo preocupado- Por favor, no lo castigue, haré lo que sea.

Yuuri le miró con cierta ternura que no demostró. Le agradaba en cierta forma que aquel chico defendiera a Seung de esa manera.

-¿Tú quién eres? -preguntó tranquilo.

-M-Mi nombre es Jean Jacques Leroy, señor -se apresuró a contestar.

-Y tú eres... -alargó Yuuri con curiosidad.

-S-Soy el novio de Seung, señor -tartamudeó colocándose rojo hasta las orejas.

El japonés reprimió una sonrisita divertida, nunca pensó que él ocasionaría tanto miedo a un Alfa. Miró de reojo a Seung y el pobre podía compararse a un tomate.

-Y tú eres... un Alfa -dijo Yuuri seguro.

-Así es... señor -asintió Jean bajando de nuevo la mirada de forma nerviosa.

Yuuri levantó las cejas y suspiró.

-Bueno... no voy a despedir a Seung -dijo y el coreano le miró esperanzado-, ni lo voy a castigar... Es mi único empleado y además es mi amigo -sonrió al chico- Pero tú, jovencito, si es cierto que es tu culpa, debes hacerte responsable -repuso rascándose la nuca.

-L-Lo haré, señor, lo que sea que usted diga -asintió Jean decidido.

-Bien -alargó Yuuri, se sentía como si fuera el padre de Seung, por lo que se cruzó de brazos- Primero necesito que me digas cuáles son tus intenciones con mi empleado, no te voy a dejar pasar tan fácilmente si solo vienes buscando su cuerpo -repuso levantando una ceja.

-J-Jefe... -murmuró Seung tapándose la cara.

Jean se puso nervioso y negó energéticamente.

-¡N-No, señor, yo amo a Lee y mi única intención es estar con él toda la vida! -repuso seguro y acalorado- ¡Él es la reina de mi vida, nunca podría encontrar a nadie igual!

Rompiendo el InstintoWhere stories live. Discover now