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-Odio el invierno -murmuró Yuuri aunque no fuera del todo cierto antes de estornudar fuertemente- ¡Achu!

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-Odio el invierno -murmuró Yuuri aunque no fuera del todo cierto antes de estornudar fuertemente- ¡Achu!

-Salud -canturreó Phichit mientras más allá su destinado le imitaba.

-¿Has tomado algo para eso? -preguntó el suizo alcanzando una caja de pañuelos al pobre Beta.

-Sí, algo de medicina, té, descanso y repetir -asintió tomando varios- Gracias. Es normal para mi enfermar en ocasiones en estas fechas -murmuró antes de voltearse para bajarse el tapabocas y sonarse la nariz fuertemente- Uh, lo siento. En serio no es necesario que me acompañen a esto, quiero decir... soy perfectamente capaz de ir a rentar un t...

-¡No te atrevas! -se apresuró a negar el moreno- Ni de chiste vas a hacer eso. No cuando Chris tiene a este fantástico amigo que puede darnos uno de sus caros trajes italiano Crispino's a un buen precio o...

-Gratis, en su defecto -guiñó el rubio antes de regresar a observar las caras corbatas expuestas- Hay que aprovechar que está en el país...

-Exacto -asintió Phichit felizmente- Nada como un hermoso traje hecho a la medida.

Yuuri no entendía tanta felicidad por un traje ultra caro que a lo mucho se iba a poner un par de veces. Tampoco podía entender cómo había dejado que lo arrastraran a esa tienda, pero en el fondo sabía que era culpa de los mocos que evitaban la sinapsis de sus neuronas.

Estornudó. Agradeció que nadie más estuviera en la tienda, pues se supone que estaba cerrada.

-Si ustedes lo dicen... -murmuró soplándose una vez más- ¿Pero hay que esperar mucho más? -comenzó a preguntar, pues en serio tenía ganas de beber algo caliente. Sentía demasiado frío a pesar de estar forrado en sweaters, bufanda y una chaqueta.

-No desesperes, pequeño Yuuri, valdrá la pena -asintió Chris regalándole una sonrisa.

Y más pronto que tarde, el dueño de la tienda se hizo presente.

-¡Christophe! -exclamó una voz varonil desde el fondo de la tienda, acercándose a los cómodos y caros sillones de espera en el que estaban- ¡Tanto tiempo sin verte! -dijo con una sonrisa, abrazando al Alfa luego de dejar un libro que traía a un lado.

El japonés pudo sentir como a su lado Phichit se tensaba un poco porque un Beta abrazara con tanta confianza a su Alfa.

-Desde aquella presentación en Milán -afirmó el suizo al separarse de forma natural, notando la incomodidad de su pareja por su aroma- ¿Cómo esta Sara?

En aquel momento, el rostro del italiano pasó a ser una mueca de algo que Yuuri pudo interpretar como enojo y preocupación.

-Bien, en el hotel, algo cansada pues llegamos ayer -terminó por decir simplemente antes de mirar a los otros dos presentes- Esta debe ser tu pareja -dijo un poco más amable hacia el tailandés- Phichit, si no me equivoco. Mucho gusto, Michele Crispino -terminó dándole la mano.

Rompiendo el InstintoWhere stories live. Discover now