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Los días de calma llegaban a su fin y Viktor lo supo el último día del año cuando sus padres le enviaron un corto, simple y preocupante mensaje: "Estaremos en Japón para el próximo mes"

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Los días de calma llegaban a su fin y Viktor lo supo el último día del año cuando sus padres le enviaron un corto, simple y preocupante mensaje: "Estaremos en Japón para el próximo mes". Que no especificaran la fecha le hizo fruncir el ceño mientras estaba echado en el sofá de Yuuri abrazando un cojín.

Otabek, quien estaba limpiando la sala, notó su reacción y dejó la escoba a un lado para hincarse frente a Viktor y tocar la arruga de su ceño.

-¿Qué estás haciendo ahora? -se quejó el ruso apartándose de su toque.

-¿Qué te molesta tanto? -preguntó impasible por su reacción, levantándose para volver a tomar la escoba.

-Nada -murmuró bloqueando el celular, echando una mirada a Yuuri, quien seguía en la cocina preparando la cena para ellos y la pareja de Alfas que le visitarían por la noche.

-Sé que mientes -dijo simplemente.

Viktor apretó los labios un momento antes de rodar los ojos.

-No le digas a Yuuri... Mis padres vendrán el próximo mes y eso nunca son buenas noticias -murmuró al Alfa- Si se enteraron de lo que pasa aquí, no puede ser bueno de ninguna forma y tendré que resolverlo. No quiero que Yuuri se preocupe por eso -suspiró echando hacia atrás su flequillo.

El moreno solo le observó en silencio durante un momento antes de asentir.

-Ya veo, si necesitas algo puedes decirme -murmuró antes de regresar a su tarea.

Viktor asintió y dejó su celular a un lado, levantándose para ir a la cocina y abrazar por detrás a su lindo cerdito.

-Eso huele fantástico -murmuró echando un vistazo sobre el hombro del japonés.

-Apenas estoy comenzando -rió sin sentirse incómodo por la cercanía, pues ya estaba acostumbrado.

-¡Y ya huele bien! Sin duda es un don -tarareó alegre al soltarle para ir a lavarse las manos y ayudarle- ¿Te decidiste en qué hacer?

-Si -asintió Yuuri felizmente mientras seguía trabajando- Fideos toshikoshi soba, luego pensé en Seung Gil Lee y lo lejos que está de su familia este año, por lo que buscando en internet descubrí una receta de byeongtang, que es básicamente un caldo con varios pasteles de arroz cortados finamente. Suele añadirse más ingredientes al plato como huevo duro cortado fino, carne...

-Te ves tan lindo cuando hablas tanto con emoción -la típica sonrisa de corazón del Omega se hizo presente en su rostro, apoyando las mejillas en ambas manos.

Al instante Yuuri se sonrojó, tartamudeando y perdiendo el hilo de lo que decía mientras Viktor soltaba una risita.

-L-Lo siento...

-No, ¿por qué? Te dije que me gustaba, así que por favor prosigue -asintió felizmente el platinado.

El pobre japonés suspiró y trató de recordar qué era lo que decía, mientras evitaba mirar la linda carita del muchacho.

Rompiendo el InstintoWhere stories live. Discover now