17

1.8K 233 119
                                    

La estación de Hasetsu se encontraba casi solitaria, cosa común en esa época

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

La estación de Hasetsu se encontraba casi solitaria, cosa común en esa época. Yuuri suspiró y avanzó con el ruido de las ruedas de su maleta hasta que un grito le detuvo.

-¡Yuuri! -exclamó su ex profesora de ballet al otro lado de los torniquetes- ¡Bienvenido! -canturreó dando una vuelta elegante sobre sí misma, sosteniendo un cartel que decía: "¡Bienvenido!".

Las pocas personas que había por el lugar voltearon a ver la escena con curiosidad y Yuuri se sonrojó.

-Profesora Minako -saludó al pasar los torniquetes- Oh, no era necesario -murmuró observando como la mujer movía el decorado cartel con una sonrisa.

-Es necesario cuando nos visitas dos veces al año -dijo levantando una ceja- No te preocupes, reciclo el cartel -le guiñó y dobló la cartulina antes de darle un enorme abrazo- Vamos, ¡dale un abrazo a tu vieja profesora!

Con cierta vergüenza Yuuri correspondió al abrazo de la Alfa con su mano buena y sonrió nerviosamente tras el tapabocas que llevaba, pues aun podía sentir que eran el centro de atención.

-Es un gusto verla de nuevo... Gracias por venir a por mí.

-No me agradezcas -negó soltándole- Yo me ofrecí, es una buena oportunidad para pasar por Yu-topía también -dijo con una amplia sonrisa, pues la traducción a lo que dijo es que era una buena oportunidad para beber un poco- Vamos, tu familia ya quiere verte... Aunque es algo sorpresivo que adelantaras el viaje, creo que te estás convirtiendo a un adicto al trabajo -murmuró un poco a broma mientras caminaban.

-Si... algunas cosas pasaron y... solo vine antes -asintió algo cabizbajo sin querer ahondar mucho en el tema.

Minako asintió y comprendió el aura del Beta, pues sin necesidad de hormonas y feromonas, siempre había sabido leer bien a su alumno favorito.

-Bueno, sin dudas cosas muy locas para fracturarte la mano izquierda -comentó mirando las vendas.

-Oh, bueno, no fue para tanto -alargó mirando hacia otro lado- No es tan grave... -murmuró.

Y aunque Minako no estaba convencida, lo dejaría pasar de momento.

-Yuuri... -alargó mirándole- ¿¡Estas más delgado!? -preguntó con impresión, cambiando el tono de la conversación- ¡Vaya! ¡Por alguna razón pensé que volvería a ver a mi lindo alumno rellenito! ¿Es una nueva dieta?

-¿Eh? -ladeó y rió- No, no, solo... ocurrió -dijo contento con hablar de otra cosa- He estado guardándome para el katsudon de mamá -suspiró recordando su plato favorito.

La mujer asintió.

-Oh, has hecho bien... a mí también se me antoja tanto el katsudon de la señora Hiroko en este momento -suspiró- Y eso significa que pronto volveré a ver al Yuuri gordito -canturreó tocando su abdomen.

Rompiendo el InstintoWhere stories live. Discover now