En un mundo donde los Betas son el escalón mas bajo de la sociedad, Yuuri Katsuki vive tranquilamente su vida hasta que se enamora de un imposible... por más que sabía que aquello no era lo que se decía "correcto".
La regla social era que los Alfas...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
-¡Sabía que debíamos llevarle al hospital! -suspiró Viktor cuando Yuuri les avisó que iría al día siguiente por su reciente malestar- ¿Por qué no fuiste hoy? ¿Quieres ir ahora? -ofreció calmadamente, acariciando su estómago como si tratara de convencer a un niño- ¿Será intoxicación? -susurró.
Otabek suspiró bajando su celular.
-Tienes algunos síntomas -dijo el kazajo, pues había revisado qué se presentaba ante una intoxicación alimenticia- De todas formas me alegro que decidas ir, te acompañaré. Mañana no tengo asuntos pendientes.
Yuuri rió un poco.
-Está bien, gracias por preocuparse -dijo amable- Aunque de todas formas no me siento siempre así, pero más vale descartar antes de que empeore, ¿no?
-No va a empeorar -aseguró el moreno atrayendo al Beta a su pecho para abrazarle- Te darán algo y mejorarás.
El mayor sonrió y se sintió cálido correspondiendo el abrazo, algo en su interior se removió.
-Claro que sí.
Viktor se sumó al abrazo.
-¿Si pasan por la farmacia pueden comprar mis supresores? -preguntó de buen humor.
El nipón asintió.
-Por supuesto...
-Y condones -añadió el Omega, haciendo sonrojar a Yuuri.
-¿Q-Qué estás planeando? -murmuró ladeando la cabeza para mirarle.
-Ya lo sabes, guapo -bromeó apretándole una nalga con diversión.
-¿Por qué? ¡También tengo derecho a tocarte, Yuuri! -se quejó divertido con un ligero puchero.
-E-Está bien, basta los dos -murmuró el nipón removiéndose para escapar de los brazos de Alfas y Omega- ¿Hablaste con tus padres? -suspiró hacia el ruso.
-Mañana iré a su hotel después de clases -asintió- No te preocupes, no pueden prohibirme nada, pueden tratar de tener otro hijo si les molesta -bufó.
El japonés solo sonrió y acarició el sedoso cabello platinado del muchacho.
-No discutas con tus padres, ¿bien? La familia es importante -repuso mirándole seriamente.
-Tratare -aseguró sin mucha importancia.
-Bien, con que lo intentes es suficiente -dijo con una sonrisita.
Luego de hablar un poco y mirar algunos capítulos en Netflix, los tres se fueron a dormir para al día siguiente salir temprano e ir al hospital luego de dejar a Viktor en la universidad.
Los procedimientos fueron rápidos. Yuuri asistió a la consulta pasando por un examen físico y una entrevista para luego realizarse exámenes de sangre.