Capítulo 39

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Fallaste dos veces, y terminaste matando a Marcos y a Juan. Lograste salvar a Nélida, pero eso no te hace sentir mejor. Sigues con la misma culpa.

Ves a tus tres compañeros restantes y se los nota tristes, decepcionados. Como si esperaran más de ti.

No puedes evitar meterte en sus cabezas e imaginarte la cantidad de insultos y atrocidades que piensan de ti, porque para ellos, tú los mataste. Tú apretaste del gatillo. Tú tomaste la decisión equivocada.

Maldices por no haber prestado atención a esas clases de lengua. Matemática. Geografía. Historia. Biología. Todas las putas materias podrían haberte ayudado. 

Pero, la realidad, es que la lógica vence a cualquiera de todas esas materias. Piensas que solo debes esforzarte más.

Ves el banquete preparado en la mesa de comedor: una hermosa pata de pollo se asoma, junto a variedades de ensaladas y unos postres fantásticos. Incluso hay de chocolate.

Aunque, a decir verdad, ninguna comida importaría si terminas matando a todos los de la sala. Bueno, menos Nélida.

La comida no fue muy amena. Julieta y Tomás por poco te amenazan, diciéndote que tienen un hermanito con deficiencias y una familia con esposa e hijos que salvar. 

Entiendes porqué ellos temen tanto por su vida. Las probabilidades no estaban a su favor.

Si no te concentras, solo verás dos cadáveres más.

Escuchas la voz del parlante. Toca abrir el cuarto sobre.

Ve al capítulo 45.

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