6. LAS APARIENCIAS ENGAÑAN

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Luego de la misteriosa llamada, lo primero que vino a la mente de Elizabeth era que alguien la estaba siguiendo y que ese alguien podría ser el asesino.

Al día siguiente, en el trabajo, Elizabeth prefirió mantener eso en secreto, no quería alarmar a sus compañeros así que decidió dejar el asunto de la llamada a un lado y comenzar con la búsqueda de Lucy, la chica desaparecida de ayer.

Todos los agentes y ciudadanos de Adelaida se unieron a la búsqueda de la chica, sin muchas esperanzas de encontrarla con vida.

Pasadas las doce del mediodía se detuvo la búsqueda por un momento para que todos pudieran almorzar.

Un amable hombre de cabello oscuro y ojos color zafiro llevo varias hieleras con hamburguesas y refrescos para las personas que estaban ayudando y luego se fue sin decir nada.

Todos comían tranquilamente y la chica que repartía la comida estaba a punto de terminar. Al entregar las últimas hamburguesas notó algo extraño al fondo de la hielera y al parecer era una nota que decía:

Ahora Lucy estará en cada uno de nosotros, buen provecho.

Algo desconcertada llamó a Elizabeth quién al leer la carta se dio cuenta que era lo que estaba sucediendo

¡Todos dejen de comer! gritó Elizabeth.

— ¿Qué sucede? —preguntó Richard.

—acaso no se han dado cuenta, ¡se están comiendo a Lucy!gritó alterada.

El semblante de las personas cambió súbitamente al oír eso, tiraron la comida a un lado y mientras unos vomitan otros asombrados trataban de asimilar la noticia.

— ¿a qué te refieres, porque lo dices? —preguntó desconcertado.

—A esto —le muestra la nota —no le bastó al maldito con matarla sino que nos hizo buscarla en vano y luego esto —dijo alterada.

—No lo puedo creer—dijo en shock.

—Richard ¿quién trajo esta comida? —preguntó Elizabeth.

—No lo sé, era un hombre alto, caucásico, de ojos claros nada más vino y el dejo allí —dijo intentando recordar.

— ¿no sabes su nombre? —dijo atónita.

—cálmate Elizabeth, él simplemente dejó las cosas y se fue, quién iba a pensar que pasaría esto

— ¿pero cómo puedes tomar esto tan a la ligera eh?, comimos carne humana, no sabemos quién hizo esto y para colmo tú no haces bien tu trabajo —dijo enfurecida.

—Está bien Elizabeth —dijo apenado —llamaré a los forenses y...

— ¿para que los vas a llamar?, todas estas personas acaban de comerse a Lucy, ya no tenemos rastro de ella, esto es inaudito.

—esto no se va a quedar así

Luego de ese escabroso momento Elizabeth y Richard fueron a la comisaría a reportar lo sucedido mientras, del otro lado de la ciudad, algo malo estaba por pasar.

. . .

Una joven de cabello oscuro, rostro de ángel y una mirada que parecía el mismo cielo salía de clases en la universidad cuando un hombre alto, cabello castaño claro, piel blanca y unos asombrosos ojos verdes se acercó a ella para pedirle una dirección.

—disculpa, ¿como llego a esta dirección? —saca un mapa y le señala el lugar.

—Solo camina unas cuadras arriba, giras a la izquierda y listo —dijo amablemente.

El asesino de ojos azulesWhere stories live. Discover now