25. ESTRATEGIAS MACABRAS

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Tras el mensaje, las preguntas de Elizabeth comenzaron a surgir nuevamente y para su sorpresa algo peor estaba por ocurrir.

Una llamada interrumpió su momento de análisis y era de nada más y nada menos que de John.

— ¿Qué sucede esta vez? —contestó molesta

—Tu amiguito es más listo de lo que parece —respondió con sarcasmo

—habla de una vez, y dime que sucede

—RICHARD ESCAPÓ, al parecer tu ami—novio, ex o lo que sea, se las ingenió para matar a los guardias, al conductor, los respaldos en motocicleta y hasta un pobre perrito que cruzaba la calle

—NO PUEDE SER — exclamó con asombro

—si el pobre perrito no lo vio venir

—hablo en serio imbécil, ¿cómo fue posible?

—el perrito no miro a los dos lados antes de cruzar la calle y...

—me refiero al escape de Richard, no al estúpido perro

—Ah sí, eso, cómo podría saberlo, mejor tu dime, como lo hizo —cuestionó

— ¿a qué te refieres?

—La idea que Richard fuera a la cárcel no te parecía, después de todo aun no te había complacido y las visitas maritales no son lo tuyo —inquirió con broma y sarcasmo

—estas insinuando que yo...

—no para nada, solo decía, no me sorprendería oír que me llames Richard otra vez y que intentes besarme, pero no te preocupes, no quedaras con las ganas.

—eres un...

—Elegante, apuesto y sofisticado caballero —agregó interrumpiendo

—un imbécil, degenerado y patán —replicó con rabia

—me gustan los retos, eres como un cubo rubricó, un desafío para la mente, pero no es problema para mí, los armo y desarmo como si nada, en la oficina en 15 minutos

— ¿quién te crees que eres?

—Tu jefe —respondió con su característico sarcasmo

Elizabeth no podía creer lo que salía de la boca de John, esto cabe vez se estaba volviendo más fastidioso y estresante.

—Podrás ser mi jefe, pero quién manda aquí, soy yo —exclamó colgando la llamada

La ira, el estrés y la confusión se estaban apoderando de ella, sin embargo, si quería seguir con su plan, debería mantener la compostura, aunque su nuevo compañero y ahora jefe sea un completo cretino.

En su habitación, continuó revisando expedientes del caso, a pesar que la última vez que lo hizo por poco se vuelve loca con el juego psicológico en que se encontraba sin saberlo.

Sin prestarle mucha importancia a ese recuerdo pasajero, prosiguió con su labor. Luego que los expedientes del caso fueran robados y dañados, Elizabeth tuvo que imprimir unos nuevos, ya tenía varios en su escritorio sin embargo debía sacar unos más.

Al terminar de imprimir los archivos restantes, se sorprendió al percatarse de algo raro en una de las hojas, ya que en ella un enorme ojo azul yacía figurado.

Siguió revisando los demás papeles y en todos aparecía lo mismo. Revisó los archivos en su computadora y todos estaban en orden. Desconcertada, revisaba y revisaba entre carpeta y carpeta y todo estaba como lo había dejado.

Estaba por reiniciar la computadora cuando una última impresión comenzó a salir, temerosa, se acercó de nuevo a la impresora y al revisar la hoja era distinta a las demás, no tenía un ojo azul, sino un texto de este color que decía:

TE ESTOY OBSERVANDO

Enfadada, para no seguir recibiendo esos mensajes, aventó todas las hojas a la basura y antes que sacará las que tenía la impresora, una nueva impresión apareció con un texto el cual versaba lo siguiente:

TODO ES MENTIRA, TODO ES UNA ILUSIÓN. LO QUE VES NO EXISTE, ES SOLO TU IMAGINACIÓN.

La expresión de Elizabeth cambiaba entre ira, desconcierto, duda y temor, la situación se estaba agraviando y ya no sabía qué hacer.

Apagó la computadora, desconectó la impresora y de pie en medio de la habitación comenzó a analizar lo que estaba sucediendo. No podía sacarse de la cabeza el escape de Richard y eso la estaba desviando nuevo sospechoso que tenía; John.

Cuando estaba por ordenar todo y seguir con su trabajo su teléfono comenzó a vibrar en su bolsillo, era una llamada, DE SU HERMANA

— ¿Qué sucede Liz, estoy algo ocupada?

—solo llamaba para decirte que salí de compras al centro comercial y...

— ¿con quién estás? –interrumpió

—con nadie

—Conmigo –agregó una voz en el fondo

La voz se le hacía familiar, y no podía creer de quien era, ERA JOHN

—Liz regresa a casa ahora, es una orden

—lo siento pero ella no ira a ningún lugar ahora –respondió John

—pásame a Liz –ordenó

—que pasa Eli, ¿Por qué tan nerviosa?

—corres peligro con él, regresa a casa

— ¿Por qué? Dime qué pasa –exigió preocupada

—no puedo decírtelo por teléfono, solo hazme caso y no le digas nada de lo que hablamos ayer

—Está bien, voy para allá –respondió colgando la llamada.

—Sucede algo –preguntó John

—siento dejarte con las ganas cariño pero mi hermana me necesita —respondió tomando su ropa

— ¿y para qué? Creí que la estábamos pasando bien

—No te preocupes –respondió mientras se vestía —considera esto como una entrada, el plato fuerte y el postre serán después

—Ya quiero probar el postre –agregó dándole una nalgada mientras se levantaba de la cama —ese día, lo haremos como si fuera la última vez

—Tampoco exageres —exclamó riendo — ¿y tú que harás ahora?

—preparar el lienzo para mi siguiente obra

—vaya, al parecer no solo eres un artista en la cama

—y solo espera a ver la pintura

—si es blanca espero no verla, arruinaría la diversión

—no te preocupes, es azul

—interesante, eres un policía sexy y misterioso, me gusta —exclamó acercándose a darle un beso el cual no le dio —hasta luego —agregó antes de irse

Luego que Liz se fuera, John realizó una llamada, al parecer tenía otra cita que atender.

Del otro lado de la ciudad, Richard permanecía oculto en un lugar que solo él y otra persona conocían. Si su plan salía como lo planeaba, le arrebataría al asesino su libertad, sin embargo, de no ser así, este le quitaría lo más preciado que tenía.

Richard realizaba una llamada telefónica mientras tomaba nota de algunas cosas en su libreta. Frente a la luz de las brasas que ardían en la chimenea, esperaba con ansias que recibieran su llamada y al ser recibida pudo sentir algo de alivio al saber que esa persona seguía a salvo.

—Richard ¿te encuentras bien? —preguntó una voz femenina

—sí, tranquila, todo va de acuerdo al plan...

El asesino de ojos azulesWhere stories live. Discover now