023: Hasta fuera de la tierra, sea en el infierno...

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023: Hasta fuera de la tierra, sea en el infierno o en el cielo intentaría recuperarte

LIAM.

Estaba seguro que luego arreglaríamos este tormento, pero ahora que de verdad la tenía aquí no podía dejar que nada lo echara a perder. Y sé que dije que la tenía que sacar de mi vida, pero no hoy, no mañana. No ahora mismo. La necesitaba como el agua, y era una puta adicción sin cuidado pero no me importaba. Era lo esencial para mi vida, ella era mi vida.

Me encantaba como se desbordaba de gemidos cuando la he besado, y solo ella entiende como de bien se siente volver a tocarla. Me hace sentir vivo, lo necesitaba con urgencia. Sí pasaba un mes más, juro que estallaría.

—Te extrañé, joder. Juro que sí. —Digo incapaz de separarme de su boca, se siente tan bien el calor que me proporciona.

Cassandra no dice nada y se dispone a besarme con frenesí, sus labios se compactan con los míos al mismo tiempo que mis manos se envuelvan en su cintura. Deslizo los dedos por la cinturilla de su pantalón y se estremece cuando paso las yemas por la piel desnuda de su barriga.

Nada se resolvía de esta manera, pero ella sabe cuánto nos necesitamos ahora mismo. Necesitaba sentir que estaba conmigo aún y que aun teniéndola lejos de mí asegurarme que estaba sintiendo esto.

—Liam...—Gime y yo hago lo mismo, deslizo mis manos por su espalda con desespero y ella me toca igual. Me vuelve loco solo tenerla aquí, encima de mí y en esta cama. No estaba ayudando, y pararía si ella me pide que me pare pero no lo estoy planeando.

Le quito la chaqueta que carga encima y se retuerce del frío, me separo para coger aire y se cohíbe ante su cuerpo. Había una camiseta de tres cuartas que llevaba encima pero aun así dejaba relucir su blanca piel, esa que...

—Ryan... ¿Qué haces?

La voz me salía gruesa, tenía la garganta y todo por dentro seco. En cambio, la cara la llevaba empapada.

—Lo correcto, probablemente no se acuerde de lo que pasó hoy aquí. —Se agachó delante de ella haciendo su cuerpo rodar hasta que está boca arriba. —Pero yo quiero que se acuerde.

— ¡Suéltala!

Le rompió la blusa con la navaja y la desnudó de la cintura para arriba, el corazón me palpaba rápidamente y quería correr tras él para hacerle pagar por toda la miseria en la que estaba convirtiendo mi vida de nuevo.

Le pasó la navaja por la cara lentamente, pero igual de lenta le cortó la mandíbula.

— ¡Ryan no!

No me hacía caso, le cortó los brazos.

Le pasó varias veces por debajo de los pechos.

—Por favor no...—Sollocé dejándome caer de rodillas. — ¿Por qué?

—Mataste a Lisa, la mujer que amaba. —Me mira. —Yo haré ahora lo mismo.

Entierra el cuchillo por una de las costillas del cuerpo de cass, me desplomé en el suelo de rodillas observando a Ryan. Sí lo que quería conseguir era destruirme por completo lo había conseguido, si no la llevaban a un hospital moriría.

Moriría.

—No, no...—Jadeo mirándola a los ojos, se veían tímidamente confundidos pero yo estaba hecho un lío una vez más. —Necesito que te quites la camiseta...

Lost ManDonde viven las historias. Descúbrelo ahora