045; Te cedo el mío

5.1K 499 64
                                    

Maratón 2/5

CASSANDRA.

Se trataba de mí desde hace dos semanas, se ha tratado de mí desde hace un año y unos meses ya. El tiempo estaba pasando dolorosamente lento, ya no sé qué hacer aparte de ir al hospital a quedarme en la puerta de la habitación de Liam porque ahora ni siquiera pasaba a verlo. Mis padres estaban preocupándose por mí, todos estaban preocupándose por mí y francamente, yo estaba preocupándome por mí misma.

Me dicen que llorando no iba arreglar nada, más bien iba a echar todo a perder debido a mi estado pero cuando estaba sola no encontraba otra cosa que hacer. También me repiten una y otra vez que ellos no se han... muerto. Que las lágrimas son para las personas sepultadas, sí acaso.

— ¿A dónde vas?

Me vuelvo cuando cojo mi bolsa hacia mi madre, estaba pegada al marco de la sala con una taza de té en sus manos.

—Al hospital, pensé que ya te sabías mi horario.

Me vuelvo dispuesta a irme pero mi papá entra deteniéndome.

— ¿A dónde vas? —Pregunta él cerrando la puerta.

—Al hospital, pensé que ya sabías su horario. —Dice mi madre desde atrás imitándome y yo me vuelvo fulminándola con la mirada.

—Hoy no, Cassandra. —Dice Esmet pasando por un lado mío sacudiendo las llaves de su auto antes de meterlas en su bolsillo.

— ¿Qué? ¿Por qué? —Escupo. — ¿Se te olvida que tengo veinte años?

Papá se vuelve.

—No. —Dice firme. —Pero tampoco se me olvida que eres mi hija, y que no voy a dejar que tus días dependan de ir a ese hospital. Ni siquiera entras a ver a Liam, si no justificara tu ausencia en esta casa. —Me regaña. —No dejaré que vayas todo un día a un hospital a ver personas enfermas, deprimiéndote, no voy a dejar que te estanques.

Me cruzo de brazos.

—No estoy haciendo eso...

—Vale, basta. —Dice mamá. —No vamos a pelear, no irás a ese hospital porque tenemos una sorpresa para ti.

La miro.

—Ashley tiene un trabajo.

— ¿Ashley? ¿Se vino a Seattle? —Pregunto un poco culpable de no saber de la vida de mis amigos.

—Tiene que hacerse cargo de su hermana adolescente, así que buscó trabajo aquí y dejó algo para ti.

— ¿De qué se trata? —Cuestiono estirándome cuando me tiende el sobre que había sobre la mesilla al lado de mi bolsa.

—Ábrelo.

El sobre pesaba un poco para ser una carta, les hecho un vistazo a mis padres antes de abrirlo por un extremo. Lo sacudo y encima de mis manos caen unas llaves, arrugo el ceño.

—No preguntes, lee la carta. —Dice papá esta vez.

Tomo las llaves y saco la cara del sobre, había unos documentos impresos y una carta con algo escrito.

No estoy molesta contigo porque me hayas dejado tirada en chicago, intento comprender todo lo que está pasando. De verdad.

No voy a pedirte que me cuentes nada, pero quiero que sepas que en este tipo de momentos siempre estaré para ti.

Tú mamá me contó lo romántico que puede ser tu chico, ¿Te casaste y no sabía nada? Esa sí que no te la perdono.

Como mi regalo de bodas costaba un poquito caro y debido que mi nuevo trabajo no puede cubrirlo todo, tus padres me ayudaron a cedértelo. Mi trabajo requiere de ello y me encargué de encontrarte el mejor sitio, Liam y tú merecen tener algo para ustedes dos y estar cómodos. Espero que te guste.

Lost ManDonde viven las historias. Descúbrelo ahora